El PSOE, con su secretario general a la cabeza, ha dado el paso y ha registrado en el Congreso una moción de censura - la cuarta en el periodo post Transición -. Así las cosas, Mariano Rajoy será el primer presidente del Gobierno que se somete a una moción en más de una oportunidad, pues el pasado año ya sufrió otra sin llegar a prosperar.

Esta vez, Pedro Sánchez cuenta con dos opciones sobre la mesa para hacer que prospere. O bien apoyándose en Ciudadanos, o bien buscando el beneplácito de los nacionalistas. La mayoría absoluta se establece en los 176 escaños.

Sánchez ya ha lanzado la pelota y ahora está en el tejado de la formación naranja, que tendrá una oportunidad histórica para cumplir con su tolerancia cero a la corrupción. No obstante, si los 32 escaños de Ciudadanos no fueran destinados al apoyo a la moción, el líder socialista tendría que limar asperezas con el bloque nacionalista - Esquerra Republicana, PDeCat, Comprmís y PNV -.

Si la primera opción saldría, la moción contaría con 183 escaños de los 176 necesarios para prosperar. 84 por parte del PSOE, 67 de Podemos y los dudosos 32 de Ciudadanos.

Sin embargo, en caso de negativa naranja, el grupo nacionalista catalán (ERC y PDeCat), con Compromís y PNV - entre los cuáles suman 25 escaños -. Así las cosas, los votos favorables de independentistas junto a Podemos y PSOE, alcanzarían los 177. Por tanto, aunque al límite, la moción saldría adelante.