Corría el año 1999 y Eduardo Zaplana estaba en la cresta de la ola de la política española y a punto de ser reelegido presidente de la Comunidad Valenciana por mayoría absoluta. Por entonces no se podía ni atisbar que el Partido Popular llenaría de casos de corrupción la región y tres de sus cuatro presidentes estarían imputados, el último él mismo, detenido por blanqueo de capitales.

En una entrevista de 50 minutos en Televisión Española, afirmó que “la corrupción no preocupa porque ha desaparecido”, así como que las adjudicaciones que estaba realizando en Valencia, acompañado por Rita Barberá en el Ayuntamiento, eran procesos “limpios” y “transparentes desde un punto de vista legal”.

Cómo ha cambiado la historia en 20 años.