El exministro de Trabajo y expresident de la Generalitat Valenciana Eduardo Zaplana fue detenido durante la mañana del martes por delitos de cohecho, blanqueo de capitales, malversación y prevaricación. Un nuevo imputado para el Partido Popular (y la cifra ya ronda los cuatro dígitos). Pero el de ayer no iba a ser un día más en la oficina. Los populares acostumbran a pedir cautela y esperar a las decisiones judiciales y las sentencias en firme para censurar públicamente a un salpicado por corrupción. Pero con Zaplana, la consigna ha sido bien diferente. Ya no es que Mariano Rajoy no le enviara un mensaje de apoyo tal que “Eduardo, sé fuerte”, sino que le suspendieron de militancia de inmediato, airearon rumores que vinculaban a Zaplana con Albert Rivera y Ciudadanos y le trataron como un perfecto desconocido.

Tras el escándalo de Cristina Cifuentes, con Ciudadanos pisándole los talones y comiéndole terreno en la derecha del tablero político y con las elecciones de 2019 a la vuelta de la esquina, el presidente del Gobierno no está para titubeos y quiso mandar -sin pronunciar palabra- un mensaje de firmeza y rapidez. Pocos minutos después de trascender que Zaplana fue detenido por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, Fernando Martínez-Maíllo anunció la suspensión cautelar de militancia del exministro del Gobierno de José María Aznar. Y es que, tal y como explicó la presidenta del PP en la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig, “no es un buen momento. SI dijera lo contrario mentiría y a mí no me gusta mentir”.

A Mariano Rajoy no le tembló la mano y actuó con determinación tan rápido como pudo. Una decisión sin precedentes. Según cuenta el periodista Pablo Montesinos, un diputado lamentó que “no tenemos una semana tranquila”. Y con los Presupuestos en debate, no es momento para concesiones.

El presidente del Gobierno no quiso referirse al asunto. Al ser preguntado por “cómo están los ánimos”, se limitó a decir que “muy bien”. Pero, ¿para qué palabras, si los hechos hablan por sí solos?

Hechos como la maniobra del PP durante la jornada del pasado martes en la que airearon, al igual que Podemos, presuntos vínculos de Zaplana con Ciudadanos. Concretamente, de propagó una noticia publicada en Las Provincias en la que acusan a Zaplana de configurar listas en Ciudadanos para la Comunidad Valenciana. En declaraciones a El Plural, los naranjas lo han negado tajantemente.

“El nacimiento de Ciudadanos en la Comunidad Valenciana ha estado marcado por la figura de Zaplana. Aparentemente, ha conformado varias listas”, reza la publicación de la formación morada. Según han asegurado fuentes de Ciudadanos en Valencia a este periódico, “son todo rumores” que “no están basados en ningún fundamento” y que, en cualquier caso, debería ser Podemos quien argumente y demuestre las acusaciones vertidas. “Eduardo Zaplana nunca ha tenido ningún tipo de relación con Ciudadanos”, insisten los naranjas: “Ni ha estado afiliado, no ha venido a ningún acto de partido, a ninguna campaña…”. De hecho, subrayan que “la relación la tiene con el PP”.

Las acusaciones parten de un artículo publicado en marzo de 2015 en Las Provincias donde se asegura que Zaplana ayudó a Rivera a confeccionar listas por su amistad gestada en el club Siglo XXI de Madrid. No obstante, desde Ciudadanos se desvinculan por completo ya que “hablaban” al igual que con otros miembros del club, pero nada más. Además, “es la militancia la que elige en primarias a los cargos públicos, aquí las listas no las hace nadie”.

Tras una carrera vinculada al PP, Eduardo Zaplana fue extirpado de inmediato a incluso vinculado con otras formaciones, llegando incluso a convertirse en un perfecto desconocido ya que, tal y como relató Montesinos, a preguntas sobre el exministro, un diputado popular reaccionó preguntando: “¿Quién es Eduardo Zaplana?”.