El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el president de la Generalitat, Quim Torra, han acordado, a través de una conversación telefónica, mantener una reunión en los próximos días para abordar la crisis política en Cataluña.

Desde este jueves, Quim Torra es el nuevo president de la Generalitat a todos los efectos y lo es tras su toma de posesión. Ante el presidente del Parlament, Roger Torrent, y su familia, Torrent ha utilizado la fórmula que Carles Puigdemont estrenó en 2016: "Prometo lealmente el cargo de presidente de la Generalitat con fidelidad al pueblo de Cataluña representado por el presidente del Parlament". Sin hacer referencia alguna ni al Estatut ni a la Constitución. 

El Gobierno le vigilará

Tras su toma de posesión, el Gobierno se ha mostrado confiado pero vigilante.

Así, el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, ha asegurado que el Ejecutivo de Mariano Rajoy confía en que, en los actos del nuevo Govern, prevalezca el respeto al derecho y la "voluntad de recuperar la normalidad y la concordia", pero que "seguirá vigilante y trabajando como en los últimos meses" en Cataluña.

En rueda de prensa conjunta con su homólogo chino, el ministro ha lamentado que el nuevo presidente de la Generalitat, Quim Torra, haya tomado posesión de su cargo esta mañana "en una ceremonia como si fuera un presidente de segundo orden". Dastis ha apuntado que, independientemente de los actos de carácter puramente "simbólico" que pueda realizar el nuevo equipo de gobierno catalán, el Ejecutivo de Mariano Rajoy confía en que "lo que va a prevalecer, a la hora de la verdad, es el respeto al derecho y la voluntad de recuperar la normalidad y la concordia en Cataluña".

"En la medida en que la acción exterior del Gobierno catalán se atenga a sus competencias y prerrogativas, la respetaremos; en la medida que se salga de ello, como lo ha hecho en el pasado, actuaremos como ya hemos hecho". Tras la aplicación del artículo 155, el Ministerio de Exteriores procedió a desmantelar el Diplocat y toda la red de "embajadas" catalanas en el exterior, a excepción de la situada en Bruselas, por considerar que era la única que cumplía un papel de promoción comercial y cultural de Cataluña.