Nuevamente, la Unión Europea se ha plantado a la política agresiva, rupturista y aislacionista que el presidente de Estados Unidos está llevando a cabo, en este caso, con la decisión de más calado internacional en su mandato, la ruptura del pacto nuclear con Irán firmado en 2015 por su predecesor.

Casi por unanimidad, los socios comunitarios han rechazado esta decisión de Trump y que echa por tierra “doce años de diplomacia”, ha asegurado la alta representante de la Política Exterior de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, la cual ha criticado la vía unilateral que ha tomado Estados Unidos.

Este acuerdo “pertenece a toda la comunidad internacional. Ha estado funcionando y está cumpliendo su objetivo, que es garantizar que Irán no desarrolle armas nucleares. La UE está decidida a preservarlo”, ha defendido Mogherini, dirigiéndose además a Irán para pedir no dejar que “nadie desmantele” el acuerdo porque supone uno de los mayores logros jamás alcanzados por la comunidad internacional.

La Unión Europea dice 'así no'

Esta posición firme y totalmente en contra de la decisión de Estados Unidos reafirma la apuesta europea por dejar de ser un actor internacional que vaya siempre de la mano de la administración americana.

“Como siempre hemos dicho, el acuerdo nuclear no es un acuerdo bilateral y no está en manos de ningún país acabar con él de forma unilateral”, expuso Mogherini, dejando claro que La Unión Europea no apoyará ni se plegará a la decisión de Estados Unidos.

La Unión Europea se reafirma así como un actor con voz propia en el tablero internacional y que quiere apostar por ser el baluarte del acuerdo y la diplomacia, de la negociación frente a la confrontación que prodiga la actual administración estadounidense.

Ya lo hizo con los aranceles

Misma postura fue la que se tomó cuando hace unos meses la Administración Trump anunció que levantaba aranceles unilaterales sobre las importaciones de aluminio y acero del 10% y del 25%, respectivamente. La UE optó entonces por plantar cara a Trump y defender el orden comercial multilateral incluso a costa de sufrir daños económicos ante la previsible escalada arancelaria.

La Unión Europea anunció también que llevaría a EEUU al tribunal de resolución de conflictos de la Organización Mundial del Comercio, establecería aranceles compensatorios sobre determinados productos estadounidenses (ejemplo las motos Harley-Davidson, el bourbon y los pantalones Levi’s) y que establecería aranceles temporales sobre el acero y el aluminio que entra en la UE, anticipando que el producto sobrante que no fuese a EEUU desde China vendrá al viejo continente, con el consiguiente impacto negativo sobre la producción nacional.

Al final, Trump dio marcha atrás a medias en su política proteccionista y ha puesto en suspenso los aranceles a la UE a la espera de una negociación que aún se está celebrando.

El pacto se estaba cumpliendo

Volviendo al pacto nuclear con Irán, pese a que Trump dijo este martes en su anuncio que tenía “pruebas definitivas de que las promesas de Irán eran una mentira” y que el acuerdo no impedía que Irán pueda tener pronto una bomba atómica, los gobiernos europeos han negado la mayor.

Es necesario recordar que el acuerdo fue histórico ya que estuvo firmado y apoyado por Irán y el Grupo 5+1 -EEUU, Rusia, China, Francia y el Reino Unido, más Alemania.

En un comunicado conjunto difundido por el Gobierno francés, París, Berlín y Londres recordaron a Estados Unidos que la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) certificó que Teherán ha respetado sus obligaciones respecto a la no proliferación de armas.

Mogherini subrayó además que la AIEA “ha publicado diez informes que certifican que Irán ha cumplido plenamente con sus compromisos”. “Mientras Irán continúe cumpliendo con sus compromisos relacionados con la energía nuclear, como lo está haciendo hasta ahora, la UE seguirá comprometida con la implementación completa y efectiva del acuerdo nuclear”, ha dicho la Alta Representante.

En su opinión, “el acuerdo nuclear con Irán es crucial para la seguridad de la región, de Europa y del mundo entero” y por ello urgió al resto de la comunidad internacional a que contribuya a “garantizar que continúe implementándose por completo”, en aras de la seguridad colectiva.

Levantar sanciones, peor que romper el acuerdo

La jefa de la diplomacia comunitaria también se refirió a las sanciones que ha anunciado Trump que volverá a imponer a Irán, al considerar que hay “pruebas” de que Teherán mintió cuando dijo que su programa atómico tenía fines pacíficos.

Reflexionó que “el levantamiento de las sanciones” es “una parte esencial del acuerdo” y argumentó que “tiene un impacto positivo en las relaciones comerciales y económicas con Irán, incluidos beneficios cruciales para el pueblo iraní”.

“Este acuerdo nos pertenece a todos y cada uno de nosotros. Manténganse fieles a sus compromisos y nosotros nos mantendremos fieles a los nuestros. Y juntos, con el resto de la comunidad internacional, defendió nuevamente Mogherini.

Macron habla con el presidente iraní

El presidente francés, después de verse frustrado su intento de convencer a Trump para que no rompiese el acuerdo, ha vuelto a tomar la iniciativa internacional anunciado que hoy mismo hablaría con el presidente iraní, Hasán Rohaní.

Con el mismo objetivo, se ha anunciado una cita con los ministros de Exteriores de Francia, Reino Unido y Alemania, que se reunirán con representantes de Irán ese mismo día o el martes.

“Francia, Alemania y el Reino Unido lamentan la decisión estadounidense de abandonar el acuerdo nuclear iraní. El sistema internacional de lucha contra la proliferación de armas nuclear está en juego”, ha dicho Macron contundentemente.

“Trabajaremos colectivamente para lograr un acuerdo más ambicioso, que cubra la actividad nuclear después de 2025, los misiles balísticos y la estabilidad de Oriente Medio, sobre todo en Siria, el Yemen e Irak”, agregó el presidente francés.

En definitiva, el club europeo quiere ser una potencia normativa en un panorama multilateral mientras que Trump siembra división asegurando a los iraníes que “tendrán los problemas más grandes que nunca han tenido antes”.