El anuncio de Irene Montero, portavoz de Unidos Podemos en el Congreso de los Diputados, acerca de su embarazo de mellizos junto a Pablo Iglesias, fue una de las noticias de esta Semana Santa. Más allá de las felicitaciones, se abre ahora el debate sobre la sucesión en el partido morado a raíz de la natalidad.

Al menos, así lo ve el diario El País, que especula sobre si los dos dirigentes de Podemos disfrutarán de una baja laboral y cómo afectará eso a los votos y las portavocías en el Congreso y en el partido. Pero incluso va más allá y cuestiona si Montero podrá suceder a Iglesias al frente de Podemos ahora que se ha confirmado su relación sentimental.

El diario recuerda que los parlamentarios no cuentan con una relación laboral, por lo que no tienen permiso de maternidad o paternidad de manera oficial y que su voto no se puede delegar. Sí se puede pedir el voto telemático desde 2012, pero la Mesa del Congreso solo lo autoriza para sesiones plenarias y en votaciones donde no se prevea la “fragmentación” del voto, como puede pasar con las enmiendas, donde no se autoriza.

También recuerda que Podemos defiende igualdad en permisos de maternidad y paternidad pero que, en el caso de ceñirse a lo que disfrutan el resto de los trabajadores, Iglesias estaría fuera del Congreso un mes y Montero, cuatro meses. Unos plazos que pueden darse al mismo tiempo o por separado. En cualquier caso, El País asegura que el liderazgo del partido y la portavocía en el Congreso tendría que recaer en toras personas y apunta a Ione Belarra como portavoz adjunta y a Pablo Echenique en el partido, como número dos.

La sucesión de Pablo Iglesias

Pero, además, el diario señala a que queda en duda quién liderará Podemos porque Montero “siempre ha sonado en las quinielas como sucesora de Iglesias, y podría pesarle el debate sobre si es estético que se sucedieran en el cargo los miembros de una pareja”. Aunque aclara que el código ético de Podemos no censura las relaciones entre miembros del partido -más allá de la contratación pública-, señala que, con el anuncio de paternidad, “su vida personal se ha hecho pública” y la relación es ahora conocida.

En la misma página de El País, se encuadra un artículo de Rubén Amón en idéntica dirección, que señala que “la noticia de los mellizos sobreviene en un momento crucial de Podemos”, con “el debate de la cuestión sucesoria” abierto sobre todo si las citas electorales de 2019 son un fracsao. “¿Accedería Pablo Iglesias a abdicar en su pareja? ¿Se convertiría él mismo en alegoría de la conciliación y en abnegado padre?”, se pregunta el articulista.