La pasada semana, Anna Gabriel siguió los pasos de Carles Puigdemont y abandonó España. La CUP confirmó que su líder se había marchado a Ginebra y no precisamente por motivos relativos al ocio. Todo lo contrario. Gabriel está citada por el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, como imputada por presunta rebelión dentro del proceso judicial en marcha contra el ex gobierno catalán y varios líderes independentistas.

A raíz su huída, las críticas hacia Anna Gabriel se multiplicaron en los medios de comunicación. Eso sí, la mayoría de las críticas no se centraron en cuestionar el papel que la dirigente política ha jugado en el denominado 'procés' a lo largo de los últimos meses ni en su participación activa en la ruptura entre la sociedad catalana y la española. Al contrario, el grueso de los comentarios, principalmente emitidos desde la 'caverna' mediática, han tenido que ver con su estética. 

Son numerosos los improperios que han trascendido la crítica política y se han basado en meros ataques personales en forma de insultos o comentarios elitistas y casi siempre machistas. Entre ellos, hay una amalgama de adjetivos y sustantivos relativos al mundo de la higiene corporal.

Y es que abierta la veda, los miembros de la 'caverna' no dudaron en dirigir sus ataques al ámbito personal, inundando incluso sus editoriales con calificativos como "guarra" o "pollina".

 

Las duchas en la Caverna

Algunos fueron más allá como Alfonso Rojo. El director de Periodista Digital se dirigió hacia Anna Gabriel en términos más que discutibles. "Hay que montar una colecta para regalarle champú y pagarle un peluquero a esta de la CUP", dijo por Twitter el polémico contertulio. 

 

Herrera y Losantos

No muy lejos de Alfonso Rojo se situaron Carlos Herrera y Federico Jiménez Losantos. Cada uno en su respectiva emisora (cadena COPE y esRadio) y durante sus homilías matutinas, cargaron  contra Anna Gabriel. Sus discursos tenían como eje central lo mismo: el pelo, el desodorante y la limpieza personal.

Una vez más las críticas hacía la estética de una mujer primaban sobre la política. Machismo en estado puro.  

Por ejemplo, Herrera aseguraba que "Anna Gabriel se quita el pelo de la dehesa, el flequillo mutante, se pone desodorante y pide asilo en Suiza". Además el periodista incidía en que que abandona el "feísmo". Mientras tanto, su colega Losantos tiraba por los mismos derroteros, dejando a un lado la más pura crítica política por su huída de la justicia y tirando de calificativos clasistas: “No se va a Burkina Faso, Togo, Dahomey…no, se va a Suiza. ¿Se acuerdan de la noia del desorant? ¿Aquella que le hacía visitas digitales a la axila a ver si le abandonaba el desodorante? ¿Cómo no le va a abandonar el desodorante si no lo ha conocido nunca?".