Hace décadas Europa decidió rediseñar su futuro. Un grupo de países desangrados en continuas guerras decidieron crear un estado supranacional y caminar juntos.

Más de medio siglo después, con 28 países integrados e innegables éxitos, el proyecto se ha atascado. El diseño europeo construido sobre la base de la solidaridad entre las diferentes regiones que la conforman, ha conseguido grandes beneficios para los territorios, pero a partir de la crisis de 2008, la descoordinación de las políticas europeas, junto a la hegemonía alemana y la salida del Reino Unido del modelo de la Unión, ha traído como consecuencia un nuevo escenario donde las prioridades han cambiado.

Ahora la Comisión Europea “solo quiere invertir en aquello que produzca valor añadido”, aseguraba el comisario de Presupuestos, Günther Oettinger, ya que a las nuevas preferencias se suma la salida del Reino Unido, lo que provocará un déficit que varía entre los 10.000 y los 15.000 millones de euros, a lo que hay añadir el hartazgo inversor que parecen tener los países prósperos en las regiones más deprimidas.

Esta modificación está directamente relacionada con el reparto de los fondos estructurales que benefician a los territorios más necesitados, y España ya no lo es. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, baraja tres propuestas para pactar las próximas asignaciones de cohesión, de las que en solo una, la que respetaría la continuidad del sistema actual, Galicia podría seguir recibiendo los 2.771 millones de euros presupuestados para el período 2014-2020.

Las gestiones de Feijoo se cuentan por fracasos

El secretario general de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero, en declaraciones a este medio es implacable: “el gobierno conservador gallego carece de una estrategia de fondo para el futuro de Galicia”, no solo “no ha hecho gestión autonómica, sino que además se ha olvidado de hacer política con la vista puesta en Europa, donde nos jugamos tanto en las perspectivas financieras, la pesca o fondos europeos”, añade el líder del PSdeG. Para Caballero la síntesis es clara: “Feijoo no solo suspende en Galicia, también lo hace en Europa”.

Para el exministro de fomento y actual europarlamentario, José Blanco, la palabra abandono es el paradigma de la política europea de Feijoo, porque según el mismo relata: “Galicia está ausente cuando necesitaría volcar todo su capital político en la obtención del mejor resultado posible, ya que el presidente gallego está entretenido labrándose su futuro personal

Blanco López, recuerda a este medio las dos últimas hazañas del jefe del ejecutivo autonómico. Por una parte, la mentira con la que trató de convencer a la ciudadanía gallega, asegurando que había hecho gestiones para la reubicación en Galicia del laboratorio para el seguimiento de los contaminantes virales y bacteriológicos de los moluscos bivalvos, siendo la propia Comisión Europea la que puso en evidencia la falsedad del anuncio al revelar que no había recibido ninguna petición oficial ni del Gobierno de la Xunta ni del de España en tal sentido. Así como también que el Laboratorio para las enfermedades de crustáceos, al que también aspiraba Galicia, acabará en Dinamarca con el plácet del Gobierno de España.

Pero los despropósitos del presidente gallego no terminan aquí, ya que a finales del pasado año fiaba al ministro Íñigo de la Serna, una solución transitoria para el desarrollo de la Red Ferroviaria de la comunidad, porque todavía no había sido incluída en el corredor transeuropeo de mercancías, “algo que no ocurrirá”, denunciaba entonces el PSdeG. El tiempo daba la razón poco después a los socialistas. El propio Ministerio de Fomento, desvelaba más tarde que la conexión al Corredor Atlántico de la Red Transeuropea del ferrocarril de mercancías, quedaba postergada por lo pronto hasta el 2027. Algo difícil de encajar para cualquier gallego, ya que la verdadera España atlántica está ausente en el trazado cardinal del corredor atlántico transeuropeo de mercancías, diseñado para que los grandes pasillos de productos puedan interactuar entre sí, uniendo puertos, los centros logísticos importantes, así como los grandes polos económicos de la Unión Europea.

El portavoz del PSdeG en el Parlamento Gallego, Xaquín Fernández Leiceaga, en declaraciones a este medio es categórico, al asegurar que “Feijoo ha fallado en sectores productivos prioritarios para la comunidad como el agrario o el pesquero, no priorizando proyectos de impacto social y económico”, además añade el socialista “no ha existido un proyecto claro de país, se ha atendido con un criterio muchas veces clientelar a todas las demandas, en vez de diseñar el futuro de los sectores productivos” Fernández Leiceaga, termina aseverando que “los fondos europeos han sido en los últimos 20 años una encima que ha acelerado el crecimiento de Galicia y sin ellos vamos a perder competitividad. En los casi 10 años que lleva Feijoo de gobierno, no ha sido más que un gestor de la austeridad sin un proyecto cuando había margen. Esto se constata cuando zonas como Portugal, el País Vasco o toda la orla mediterránea despegan, mientras Galicia se queda en el vagón de cola

Preocupación por la política agraria comunitaria

El secretario general de Unións Agrarias (UUAA-UPA), sindicato mayoritario agrario en la comunidad, Roberto García, declara a este medio su gran preocupación ya que “sorprende que el discurso de ‘más Europa’ que muchos enarbolan, choque frontalmente con el recorte de financiación de la única política común que hay: la agraria”. En estos momentos, continúa el dirigente del sindicato, sorprende que se pretenda recortar en la política agraria comunitaria, porque esto “en primer lugar tiene un impacto sobre el conjunto de los agricultores y ganaderos de la Unión. En concreto, en Comunidades como Galicia, hay que recordar que el sector primario es el eje vertebrador medioambiental y territorial. En segundo lugar incide directamente sobre la ciudadanía, ya que el desmantelamiento de las políticas presupuestarias agrarias conduce a un nuevo escenario en el que será el propio mercado el que remunere la renta de los agricultores y ganaderos, lo que conlleva una subida de precios en productos básicos alimentarios que tendrá que costear el consumidor”. Así mismo, asevera Roberto García, llama la atención que tanto Feijoo como el gobierno de España “den el debate por perdido cuando todavía no se ha empezado.

Como ha sucedido siempre los agricultores y ganaderos españoles nos vemos obligados a poner todas nuestras perspectivas en Francia como país defensor del eje vertebrador común, ya que España ha tirado la toalla”. Cuando todavía “no ha comenzado la negociación para el próximo período, en algunos lugares ya se habla de un recorte del 30% en política agraria común”, subraya García, al tiempo que señala que “si se produce una rebaja y los gobiernos tienen que compensar el recorte europeo, esto llevará a una competencia desleal entre los países más fuertes frente a los más débiles”. El presupuesto para esta política supone en estos momentos tan solo el 1% del costo común de los países integrantes, por lo tanto, afirma el sindicalista, ahora mismo “tendríamos que hablar de incrementos y no de recortes, ya que este porcentaje resulta ridículo a la hora de ofrecer productos de calidad y con garantía sanitaria”. Para terminar, García González, cuestiona a dónde se deben destinar los recursos si hay limitaciones financieras. Esto es dejar de priorizar al ‘agricultor de sofá’, en favor de aquellos que dedican más del 50% de su tiempo a la producción agrícola o ganadera, es decir a los que aportan a la alimentación y a la gestión del territorio”.

Llegados a este punto, tan solo queda afirmar que tras el abandono de las políticas económicas keynesianas por parte de la UE, que garantizaban una salida más justa de las crisis, como sucedió en la gran depresión de 1929, ahora toca reivindicar el espacio común que mejor combina democracia política, eficiencia económica, equidad social y sostenibilidad medioambiental. Más Europa como sinónimo de amplitud de miras o lo que es lo mismo: democracia; como símbolo de generosidad, esto es: solidaridad; junto a una acción eficiente: federalismo.