A Carles Reció le conocían con el cinematográfico nombre de "El hombre que nunca estuvo allí" porque estuvo 10 años sin trabajar (a pesar de que fichaba cada día en su puesto de trabajo) cuando ocupaba el puesto de jefe de la Unidad de Actuación Bibliográfica en el Archivo General y Fotográfico de la Diputación de Valencia

Destinado en el año 2006 al citado puesto de trabajo, Recio nunca tuvo ni mesa ni ordenador. Nunca participó en publicaciones ni ediciones del centro ni tampoco estuvo presente en el directorio de trabajadores del centro. El funcionario debía ocuparse de las relaciones con archivos y bibliotecas de la provincia, publicaciones y ediciones además de colaborar con diversas difusiones con otras entidades culturales. Sin embargo, Carles Recio no hacía ninguna de estas labores.  Lo que sí hacía el funcionario fantasma era acudir a su centro de trabajo a las 7:30 y a las 15:30 para fichar con su huella dactilar para acto seguido, marcharse. Otra cosa que hacía era cobrar. 50.000 euros al año. Por no hacer nada, literalmente

El pasado 2 de agosto la Diputación de Valencia confirmó su despido como funcionario tras demostrarse que no ejerció su labor en el Archivo General y Fotográfico durante estos últimos 10 años.  Sin embargo la historia de este sujeto no acabó aquí.

Este miercoles, tal y como publica el diario El Mundo, el  Ayuntamiento de Valencia ha decidido cerrar una exposición titulada "Carles Recio: Amor a València. Los trabajos de un hombre que nunca trabajó", en la que el funcionario que estuvo 10 años sin ejercer su labor, en la que se exhibirían una serie de pinturas y esculturas en una sala de la Junta de Distrito de Ciutat Vella.

Resulta impactante cómo un funcionario despedido por abstentismo laboral pretende someter un lavado de imagen a su propia persona, intentando presentar una galería de arte demostrando "su paso" por el organismo cultural valenciano. Tal y como recoge El Mundo, el Ayuntamiento ha decidido cerrar su exposición: "Al enterarnos de que pretendía utilizar recursos de la institución para lavar su imagen, hemos decidido anular la exposición".

Carles Recio defiende su postura ya que, según él, ha trabajado mucho por Valencia. Además, afirma que todo lo ocurrido es "un absurdo que se ha difundido durante tanto tiempo" y que "será un juez el que dirá si trabajaba o no".

Asimismo, Recio también apuesta por defender su labor y que al presentar esta exposición su intención era demostrar su trabajo: "La sociedad me pidió responsabilidades como funcionario que ha cobrado del erario público y he preparado una exposición para que se viera qué he hecho sin insultar y sin nombrar a nadie".

El día de su despido el pasado verano, Carles Recio dejo una frase que a día de hoy, todavía no ha sido resuelta: "Yo sólo he hecho lo que me han pedido que haga. Algún día contaré por qué me mandaron al Archivo"