La semana pasada escuchábamos con el que fuera presidente de Bankia y vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, acusaba directamente a De Guindos de haberle obligado a dimitir. No sólo eso, puso sobre la mesa una especie de complot tramado por miembros del Gobierno de Rajoy para conseguir su caída, un plan que acabó con su detención por fraude fiscal.

Este martes, ha sido el turno del actual ministro de Economía, Luis de Guindos. Él también se ha sentado en la comisión del Congreso que investiga la crisis financiera y ha aprovechado para negar las acusaciones. Él no echó a Rato de Bankia pues, según ha relatado, dejó su puesto tras presentar por propia voluntad su dimisión. Sin embargo, la versión de Rato muestra una realidad muy diferente que pasa por una reunión en la que se le obligó, eso contó, a presentar esa dimisión.

Dimite él porque venía todo lo que se venía encima, había presentado todas las cuentas sin auditoría y porque yo creo que sabía perfectamente que, de forma muy rápida, se iba a recomendar la nacionalización”, ha asegurado De Guindos.

En su intervención durante más de una hora, Guindos no ha dicho ni una vez el nombre del que fue un día su jefe, simplemente dirigiéndose a él cómo “la cúpula”, “la dirección”, y “el entonces presidente”, a la vez que hacía una férrea defensa del rescate a Bankia recordando el fallo de Tribunal Supremo que afirma que en el folleto de salida a Bolsa había “graves inexactitudes” y que se habían adquirido valores de una entidad “al borde de la insolvencia”.

Ha indicado que tras la nulidad de las acciones que los minoristas compraron en Bankia y el mecanismo aprobado por el actual Gobierno para poder recuperar el dinero, cerca de 190.000 pequeños ahorradores han recibido hasta finales de junio casi 1.850 millones de euros.

Ha dicho que la devolución de estas cantidades no hubiera sido posible sin el rescate a la entidad que, en su opinión, cinco años después es el banco “más solvente de España, tal como demuestran sus resultados”.

La culpa fue de Zapatero

En este contexto, el ministro no ha dejado de lanzar flores a su gestión durante la crisis, afirmando que las medidas adoptadas por su Ministerio han permitido “recuperar la credibilidad” del sector y que, a diferencia de la gestión de Zapatero, enfocada a “aportar dinero a fondo perdido”, ha dicho, durante su mandato se tomaron decisiones enfocadas en “atajar de raíz” la crisis.

De Guindos ha incidido en que el Gobierno socialista no entró en adoptar medidas de fondo para mejorar la valoración de los activos, mayores requerimientos de provisiones o para mejorar la gobernanza de las cajas de ahorro.

“Entre 2009 y 2011 una decena de cajas de ahorro recibieron ayudas públicas (...) que a cierre de 2016 tenían una pérdida esperada de 10.000 millones de euros”, ha aseverado, tras criticar también que la aprobación del Plan E, de estímulo a la economía, “sirvió para desequilibrar más las cuentas del Estado”.

De Guindos se ha referido al “fugaz atisbo” de estabilización económica que surgió en 2010, “los famosos brotes verdes” y a la recaída de la economía española posterior que reveló que las medidas adoptadas hasta entonces fueron “parches insuficientes”.