Como ya es habitual, Mariano Rajoy, despedirá el año en su tierra, Galicia, lo que ha aprovechado para participar en la inauguración del renovado puente de Rande, una infraestructura que conecta desde hace décadas los dos lados de la ría de Vigo. El acto ha estado rodeado de polémica, por un lado por la subida del peaje que tendrán que afrontar los usuarios y que explica según los críticos las prisas por abrir al tráfico los nuevos carriles, y por otro, por la ausencia de los representantes de los municipios implicados, que han denunciado que parte de las obras todavía no están terminadas

Desde Bueu, Cangas, Moaña y Vilaboa se han dado muestras de "preocupación", además, por varias cuestiones que tienen que ver con la seguridad. La principal es que los regidores ponen en duda que estén listas las pasarelas que deben comunicar los nuevos carriles con el tronco central del puente. "Fue un compromiso de Fomento, que habló de construir tres pasarelas en cada sentido, las cuales tienen que servir para evacuar los carriles externos en caso de accidentes y para que puedan acceder los vehículo de emergecias", han subrayado los alcaldes de estas localidades, quienes consideran peligroso llevar a cabo la inauguración sin que estén listos estos pasos operativos.  

Rajoy aprovecha el símil

Ajeno, o no, a estas polémicas, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha aprovechado el que es su último acto público en 2017, para lanzar un mensaje y ya que se hablaba de puentes destacó la necesidad de "tender y ampliar puentes que unen y no separan", en clara alusión a la cuestión catalana, aunque sin hacer referencia explícita a la misma.
Rajoy, que ha estado acompañado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo; el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, y la presidenta del Congreso, Ana Pastor, ha garantizado que los esfuerzos del Ejecutivo se dedicarán a mantener la estabilidad y la certidumbre.
"Tengan por seguro que el Gobierno seguirá trabajando al servicio del interés general, pensando siempre en las personas, porque esta es la única forma posible de entender la política", ha recalcado. 
Tras hacer un repaso de las principales cifras económicas de España, ha reiterado su mensaje de optimismo para el futuro que ya expuso el viernes en el balance del año que realizó en una comparecencia en el Palacio de la Moncloa.
Ha vuelto a admitir que 2017 no ha sido un año fácil, aunque ha precisado que ninguno lo es, pero ha insistido en los buenos datos que ha aportado en el terreno económico al seguir creciendo por encima del 3 por ciento.