El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, entró con su coche en dirección prohibida en una concurrida calle de Santander, Peña Herbosa, en Nochebuena, y provocó la indignación de varios transeúntes, que terminaron increpándole y pidiéndole que se sometiera a la prueba de alcoholemia.

En el vídeo se escucha al presidente de Cantabria preguntar a los vecinos si la calle es de dirección prohibida, y a estos insultándole y pidiéndole que “sople, que sople…”.

Felicitación con chupito
Se da la circunstancia de que antes de que Revilla condujera en dirección contraria había compartido en su perfil de Facebook un vídeo en el que decía que se había bebido un chupito de orujo de Liébana para cantar un villancico con su hija. “Mi hija Lara y yo os queremos dedicar este villancico deseando a toda España que hayáis tenido una gran noche, una feliz navidad y un próspero año nuevo”.



En declaraciones a Antena 3, este martes, Revilla ha explicado que él trabaja en esa calle, a la que entra diariamente, y que intentaba aparcar para acceder a su despacho, en la sede del Gobierno, con el permiso de la Policía local. "Algo lógico y normal, que hacen otras personas", ha asegurado el presidente cántabro.

"No hay caso"
"Un señor en su derecho me ha llamado payaso, porque me tendrá manía a mí o a mi partido". ha respondido sobre los insultos.

Sobre el chupito, ha dicho que "jamás" se le ha ocurrido subir a su coche después de beber".  Revilla ha insistido en que no cometió "ningún error" porque era la forma de acceder a su despacho. "No hay ningún caso", ha repetido.