La fecha está marcada en el calendario por el conjunto de la población española, no sólo catalana. El futuro del país entero dependerá, en parte, de lo que ocurra en las urnas el 21-D. Con los partidos nacionalistas conformando sus listas -incluso anunciando los primeros puestos de las mismas -, los constitucionalistas se encuentran haciendo cábalas y predicciones con el fin de sacar algo en claro haciendo un ejercicio de política-ficción, aunque basándose en resultados más o menos fidedignos. Por su parte, el PDeCat, empeñado en la quijotesca y rechazada idea de aunar fuerzas nacionalistas en otra nueva lista conjunta, se ha quedado sin su socio principal para obtener el sueño unitario. ERC concurrirá a las comicios por su cuenta con Oriol Junqueras como número 1.

Ante este escenario, parece que las fuerzas constitucionalistas van a dar un paso al frente en pos de la defensa de España en la lucha contra el nacionalismo. Es por ello que se presupone una alianza tras las elecciones y una sucesión de pactos para evitar que el independentismo vuelva a gobernar en Cataluña. 

Ante estos deseos gestados desde las mismas entrañas de Moncloa - o Génova - y Ferraz, PP y PSOE, como hicieran con la aplicación del 155, aparcarían sus diferencias ideológicas para evitar la fractura de España. Además, Ciudadanos y PP se verían obligados a apoyar esta idea para no darle las llaves del Govern al nacionalismo catalán. 

Rumor con nombre y apellidos

Una vez hechas las cábalas, ahora es el momento de la rumorología y las predicciones. Incluso ya existe un nombre popio como futuro president de la Generalitat que podría ser del gusto de todos. O al menos, la opción 'menos mala' de todos los partidos constitucionalistas. Ese nombre es el de Miquel Iceta. El líder de los socialistas catalanes aglutina todos los ingredientes necesarios para poner de acuerdo a populares, socialistas, Ciudadanos y un invitado más: los comunes de Colau, a pesar de rechazar el apoyo del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona. 

Esto ofrecería una mayoría absoluta constitucionalista que acabaría de un plumazo con el deseo secesionista de Puigdemont y el resto de sus hasta ahora socios de gobierno. Un triunfo común que devolvería la normalidad constitucional a Cataluña y podría coser las heridas creadas durante todo el procés en la fragmentada sociedad catalana. No obstante, de momento, se trata de un runrún que va adquiriendo peso y fuerza y que nadie ha querido confirmar pero tampoco desmentir con rotundidad. 

Presidente a la danesa

El pasado 16 de noviembre, Miquel Iceta concedió una entrevista al diario Huffington Post. En dicha charla, el líder de los socialistas catalanes asegura que se ve "liderando una opción a la danesa". ¿En qué consistiría? En un pacto de investidura con Iceta como president gracias a los apoyos de Ciudadanos, Comunes y PP, una combinación cuanto menos extraña que podría acabar con la independencia de Cataluña. 

Buenas sensaciones en las encuestas

Según el sondeo realizado por el Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP), el experimento de Puigdemont de presentarse como Junts per Catalunya en lugar de usar las nuevas siglas del PDeCAT podría funcionar y rozaría los 29-30 escaños. Mientras, ERC seguiría líder, pero a mucha menos distancia, con 30-31 escaños. El bloque independentista lo cierra la CUP, con 7-8 escaños, alejándose más de los 10 que tenía hasta ahora.

Ciudadanos, por el contrario, pasaría de la ensoñación de ser la fuerza más votada a disputarse el tercer puesto con el PSC de Miquel Iceta. Ambos estarían en una horquilla de entre 25 y 26 votos.