Genio y figura. Si algo no se le puede negar a Álvaro Pérez, El Bigotes, es que siempre provoca una sonrisa, aunque esté sentado en un tribunal acusado de graves delitos de corrupción o desde la prisión de Valdemoro. Esta vez, desde su encierro, Pérez declaraba este jueves por videoconferencia en la comisión de investigación de Les Corts sobre Fira de Valencia.

El Bigotes se acogió a su derecho a no declarar ayer, pero tenía que escuchar a los diputados intervenir. Finalmente, interrumpió el debate entre dos diputados para hacer dos peticiones: una, que hablaran en castellano, porque su abogado no se enteraba de qué pasaba. Dos, que le dejaran irse, porque tenía curso de cocina y se iba a perder la lección sobre pochado.

"Estaba en un curso de cocina, estábamos pochando y me he perdido el trabajo y luego me hacen exámenes", señaló el considerado cabecilla de la Gürtel en Valencia, provocando las carcajadas y sonrisas de los diputados.