De las verbalizaciones nacionalista más inverosímiles que está aportando el "procés" catalán, sin duda destaca sobremanera la de "presos políticos". En una interpretacuón sectaria e interesada se intenta presentar como presos políticos a quienes en realidad son "políticos presos". No es lo mismo que responsables políticos de la Generalitat o líderes nacionalistas -los "Jordis"- hayan sido encarcelados tras incumplir la ley y ser procesados por la justicia que, como ocurre en régimenes no democráticos, se encuentren en prisión por razones ideológicas.

ETA y los "presos políticos"
Oír a hablar ahora de "presos políticos" en Cataluña a Arnaldo Otegui cuando su antigua organización terrorista -ETA- era la que encarcelaba a ciudadanos en zulos y luego les descerrajaba el cerebro con dos tiros en la nuca, produce sonrojo y asco. La defensa de sus presos políticos (etarras encarcelados por asesinar, extorsionar, secuestrar o amenazar) fue una de sus principales y constantes ideas fuerza en los años de actividad sanguinaria y asesina.

El gilismo también manejó el concepto
Pero esta estrategia de pretender esconder tras el concepto de presos políticos, a lo que eran simplemente delincuentes, también tuvo su versión local. Recordemos la figura del ex alcalde de Marbella Jesús Gil y Gil. Este ingresó en prisión en 1999 por delitos de malversación de caudales públicos. Estuvo en prisión preventiva del 16 de abril de 2002, por malversación de 4442 millones de pesetas del Ayuntamiento de Marbella. Abandonó la alcaldía en el 2002 tras confirmarse la sentencia del Supremo, habiendo sido encarcelados preventivamente seis de sus colaboradores. En todos esos casos, como muestra la foto, siempre se esgrimió, una vez más demagogica y falsamente, que unos simples chorizos y ladrones de lo público eran presos políticos condenados por un sistema que quería laminarlos.​

El nacionalismo catalán resucita los "presos políticos"
Ahora el conflicto catalán vuelve a sacar del armario de los vocablos usados perversamente el término. Es de total inconsistencia que los independentistas catalanes denominen a sus ex consejeros encarcelados por orden de la juez Lamela, como "presos políticos". Se podrá discrepar de la decisión judicial, se podrá pensar que ha sido excesiva dura o no, pero lo que no se puede poner en duda es que han sido condenados por delitos gravísimos y por una decisión judicial basamentada en la ley y con las garantías que la democracia, lo que algunos denominan peyorativamente "el sistema", otorga. 

Pero mucho antes que PDCat, la CUP o ERC lo hayan puesto en uso ya hubo quien lo activó en el diccionario de la política española. Fue Podemos, la formación de Pablo Iglesias y con el propio líder a la cabeza, quien lo utilizó para así clasificar al el exconcejal de Jaén en Común, Andrés Bódalo, tras su condena a tres años y medio de cárcel por agredir en 2012 a un concejal de Jódar (Jaén) durante una protesta del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT).

Dar patadas, puñetazos... ¿es algo ideológico?
Andrés Bódalo entró en prisión el 30 de marzo, en cumplimiento de una sentencia de la Audiencia Provincial de Jaén que lo condenó a finales de octubre de 2015. El motivo por el que ingresó en la cárcel no fue por pensar de una manera concreta. No estaba motivado por razones ideológicas, tampoco por pertenecer a un partido o a un sindicato. En la actual España a nadie se le condena por ello. La justicia lo condenó por propinar una tremenda paliza a un concejal socialista del pueblo en el que Bódalo era también edil tras finalizar un pleno y a cuenta de una discusión anterior durante la mencionada sesión plenaria. Además la Audiencia de Jaén le impuso esa condena en octubre de 2015 por un delito de atentado. Bódalo además era reincidente  pues ya fue condenado por hechos similares en Úbeda y otras faltas de lesiones en 2014.

A partir de la condena y su ingreso en prisión salieron en mansalva gran parte de los líderes de Podemos a defenderlo. Desde Pablo Iglesias a Teresa Rodríguez pasando por Juan Carlos Mondero o Pablo Echenique, todos catalogaron la situación de su militante y concejal jiennense como de "preso político" del sistema. Dar puñetazos y patadas a un rival político "hasta hartarse" no es lo que hacen los verdaderos políticos. Por ello se condena a todo quisqui, incluso a políticos. Por eso, y no por otras razones, son "políticos presos". El orden de los factores si altera el producto.