Las posturas ambiguas y, a veces contradictorias, de Podemos y los supuestos apoyos a la indpendencia, al derecho a decidir y a la secesión de las comunidades autónomas, no afectan solo a Cataluña. Está conviertiéndose en un auténtico carajal que amenaza con extenderse a la formación en Andalucía.

"Falaz mentira" de Altamirano
Hoy publicaba ELPLURAL.COM una entrevista exclusiva al presidente de a Asociación Nacional Andaluza, Pedro Altamirano. Aunque muy primaria y con escasa apoyatura, son la única plataforma que defiende abiertamente la República Independiente de Andalucía. Esas declaraciones, en las que Altamirano revelaba que "hay contactos con Podemos Andalucía" y que "preparan cosas" con la formación morada en la estrategia independentistas que abanderan, fueron contestadas a esta redacción por parte del Gabienete de Prensa de Podemos Andalucia. Pendientes de una respuesta más extensa -esto se producía al mediodía de hoy- las fuentes informativas de Podemos Andalucía negaban, por activa y pasiva, que estas reuniones y contactos se hayan producido y calificaban como "falaz mentira" el hecho de que ambas formaciones "preparen consas" conjuntamente.

Este medio solo transmitió lo que el portavoz de la A.N.A. nos reveló y se ha invitado a Podemos Andalucía a que aporte su opinión y versión sobre estos hechos.

Activismo "independentista" de Podemos Andalucía
Pero lo cierto es que el asunto de la  supuesta simpatía de una parte de Podemos Andalucía por el derecho a decidir está ahí, en las hemerotecas. Diego Cañamero, diputado morado por Sevilla, ha hecho campaña en Cataluña pidiendo el apoyo para las tesis independentistas. El alcalde de Marinaleda, alejado ya de IU y cercano al partido de Pablo Iglesias, ha colgado la senyera estelada en la fachada de su ayuntamiento. Teresa Rodríguez, la líder máxima regional, ha estado complaciente con el "procés" y hasta ha dejado caer que determinadas acciones de la estrategia independentista de Cataluña son asimilables para Andalucía.


Apoyos también para Bescansa
Desde el lado contrario a todo este embrollo se sumó la viceportavoz de Podemos en la Cámara andaluza, apoyando totalmente las declaraciones y la postura de Carolina Bescansa tras afirmar que Podemos se estaba "solo dirigiendo a los independentitas y no estaba explicando un proyecto para España". La división interna es un hecho claro en este importante asunto.

Por si fuera poco la situación, cabe recordar que Teresa Rodríguez está adscrita a la corriente "Anticapitalistas" de Podemos. Pues hoy mismo el diario "EL PAÍS" ha informado de que los "Anticapis" respaldan totalmente la nueva República de Cataluña.

Comunicado de Anticapitalistas ante la situación en Catalunya
1- El 27 de Octubre, cumpliendo el mandato del referéndum del 1 de Octubre en el que participaron más de 2 millones de personas a pesar de la represión policial, el Parlament de Catalunya proclamó la Republica Catalana. En una España con una monarquía sucesora directa del dictador Franco, una República que abre un proceso constituyente es sin duda una propuesta que rompe con el régimen del 78, con sus consensos políticos y con un orden constitucional al servicio de las élites. Esta proclamación se produce en un contexto de amenazas constantes para aplicar el 155 y darle una salida autoritaria a un conflicto que tiene que tener una salida eminentemente política y democrática. De hecho, en los últimos días se había llegado a amenazar con la aplicación del 155 pasara lo que pasara, se hiciera lo que se hiciera. Llamamos a rechazar la aplicación del artículo 155 y a la defensa democrática, pacífica y desobediente de la voluntad del pueblo catalán y su derecho a decidir.

2- Es importante, en estos tiempos de exacerbación de las pasiones patrióticas, definir correctamente los responsables de los hechos. El Partido Popular, espoleado por Ciudadanos, con el apoyo del PSOE y la presión de los aparatos del Estado, tenía decidido aplicar el artículo 155 de la Constitución. El objetivo de esta medida no ha sido otra que imposibilitar un diálogo entre Catalunya y el resto del Estado, criminalizando al pueblo catalán, negándose a abrir la solución del referéndum pactado y justificando el uso de la fuerza para solucionar un problema político. Una medida irresponsable, que busca reorganizar la unidad del Estado en base a relaciones autoritarias.

3- Somos conscientes de que se abren muchas incógnitas e incertidumbres. Narcotizar al pueblo con eslóganes fáciles es propio de una concepción de la política que rehuye el debate democrático y que se considera protagonista de una historia que en realidad protagoniza la gente común. La nueva República Catalana se enfrenta a retos internos que no puede soslayar, en un país en el que un sector importante de la población no se siente representado por el independentismo. El primer reto del proceso es trabajar por suturar esa división, integrando a los sectores populares no independentistas en su proyecto de país, evitando un desagarro social que sólo beneficia a las fuerzas reaccionarias, mientras organiza un movimiento capaz de resistir a la represión del Estado. El proceso constituyente debe servir para ir en esa dirección, integrando demandas de las clases populares que van más allá del tema nacional, que pongan las cuestiones sociales en el centro y que democraticen radicalmente Catalunya.

4- En el Estado Español, vivimos una oleada de reacción compleja. Mucha gente, incluida gente de izquierdas, se siente herida y desgarrada ante los hechos de Catalunya. Si bien es cierto que buena parte de este sentimiento es canalizado por una reacción catalanofóbica, heredera de los peores sentimientos del franquismo, cuando no por la expresión violenta de la extrema derecha en las calle, hay un amplio sector de la población que observa con honesta preocupación lo que ocurre en Catalunya y que apuesta por el diálogo y la negociación, por la vuelta de la política.

Desde nuestro punto de vista, lo que está en juego fundamentalmente es la posibilidad de la gente de decidir su futuro. Si el pueblo catalán sufre una derrota y es aplastado por el PP y sus complices, cuando un territorio, un ayuntamiento, una comunidad, o un sector social decida decidir con voluntad sobre cualquier asunto, será aplastado con la misma lógica con la que hoy el PP y el Estado buscan aplastar a Catalunya. Este es el asunto central, que va más allá del tema nacional y que pone en el centro la cuestión de la soberanía popular: es la gente la que tiene derecho a decidir, esa es la base de la democracia, y la ley debe estar al servicio de la democracia y no al revés. Por otra parte, hay otras soluciones y formas de relación entre pueblos que superan las tradicionalmente impuestas en el Estado Español.

La estrategia de abrir procesos constituyentes tiene como idea central componer un proyecto de sociedad protagonizado por las clases trabajadoras y populares, por las mujeres, por las migrantes, por todas las personas que no tienen hoy el poder político y económico pero que son las imprescindibles. Pero también puede ser un método para resolver los problemas históricos del Estado Español en el terreno nacional, una forma de rearticular las relaciones entre los pueblos en igualdad, en donde desde el respeto al derecho a decidir y a sus resultados, se busque rehacer los puentes de unión que la actual relación impositiva y autoritaria del estado central dinamita, construyendo formas de cooperación y diálogo entre la gente de abajo para construir una sociedad alternativa a la de las élites políticas y económicas. Una oportunidad para construir un nuevo marco de convivencia fraterna que nos permita aspirar no solo recuperar sino también conquistar nuevos derechos sociales y democráticos para las clases populares.

5- Sabemos que la nuestra es una posición difícil en un contexto como este. Por eso nos parece fundamental debatir, dialogar entre las diferentes posiciones democráticas, pero también oponerse a la involución autoritaria que planea el Estado con la excusa (podría haber sido cualquier otra) de la cuestión catalana. Defender al pueblo catalán que va a sufrir la aplicación brutal del 155 no es defender sólo a los independentistas, si no también estar junto a ese 80% de la población que desde Catalunya lleva reclamando un referéndum y una salida democrática a sus demandas y al otro 20% que va a perder su autogobierno. Es defender la posibilidad de una salida democrática frente a las imposiciones del Estado.
Es el momento de (re)iniciar la construcción paciente de un proyecto que supere el régimen del 78, capaz de construir relaciones fraternas entre los diferentes pueblos del Estado Español. Las élites se han mostrado incapaces de resolver los problemas del Estado Español; hoy más que nunca, urge recuperar el protagonismo de la política para las de abajo.