El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, aseguró hoy que si Cataluña se independizara de España, otras regiones europeas harían lo mismo, y añadió que el Ejecutivo comunitario no actúa como mediador en esa situación porque se crearía "más caos" en la Unión Europea (UE).

"Si Cataluña se convierte en (un Estado) independiente, otros harían lo mismo. Eso no me gusta", afirmó el político durante un diálogo ciudadano con estudiantes en la Universidad de Luxemburgo.

Ya es difícil con 27 estados
En un acto en Luxemburgo, con la presencia del expresidente comunitario Jacques Santer, la excomisaria Vivina Reading o Yves Mersch, del Banco Central Europeo, Juncker agregó que no le agradaría tener dentro de unos años una Unión Europea de 98 países porque ya es "suficientemente difícil" con Veintisiete, pero con muchos más "sería imposible".

Sobre las negativas de la Comisión Europea (CE) para mediar entre Madrid y Barcelona, Juncker explicó que si lo hiciera se crearía "mucho más caos en la Unión Europea" y recalcó que él negocia solo entre Estados miembros del club comunitario.

Pidió a Rajoy tomar iniciativas 
"Durante algún tiempo, pedí al presidente del Gobierno español que tomara iniciativas para que la situación en Cataluña no se convirtiera en lo que es ahora", declaró el luxemburgués, que añadió que algo se ha hecho, pero otras cosas no. Sin embargo, no aclaró a qué se refería. La semana pasada, Juncker reclamó responsabilidad y diálogo.

Sobre las aspiraciones independentistas, Juncker comentó que todo el mundo "intenta encontrar su propia identidad a su propio modo y cree que esa identidad no puede vivir en paralelo con las identidades de otras personas".

Bruselas ya advirtió a Puigdemont
El pasado día 10, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, paró los pies a Puigdemont con un mensaje directo: "Le pido que respete, en sus intenciones, el orden constitucional y no anuncie una decisión que haría tal diálogo imposible". El exprimer ministro polaco le advirtió del destrozo que podría causar en el conjunto de la UE en un momento aún complicado. "La diversidad no debería, y no necesita llevar al conflicto, cuyas consecuencias serían obviamente malas: para los catalanes, para España y para el conjunto de la UE", subrayó.