El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha comparecido ante el pleno del Congreso de los Diputados a petición de Unidos Podemos y del propio Rajoy para explicar la posición del Ejecutivo con respecto a la cuestión catalana y las líneas maestras de las soluciones con las que pretende abordar el desafío soberanista. El presidente ha sido claro: la respuesta del president de la Generalitat al requerimiento con que se ha activado el artículo 155 de la Constitución “marcará el futuro de los acontecimientos”.

Carles Puigdemont había chutado la pelota al tejado de Mariano Rajoy aparcando la declaración de independencia a cambio de mediación internacional y la apertura al diálogo, pero el presidente del Gobierno no ha recogido el guante: “Está en su mano”. De hecho, el líder del Partido Popular ha dado un ultimátum al Govern: habrá un primer aviso al que la Generalitat deberá responder antes del lunes, día en que expira el plazo, y podría haber un segundo avisó, que Rajoy espera "que no sea necesario", que tiene de plazo hasta el jueves. En caso contrario, habrá consecuencias.

Mariano Rajoy ha arrancado su comparecencia recordando que “el Consejo de Ministros ha acordado requerir formalmente al Gobierno de la Generalitat para que confirme si ha declarado la independencia de Cataluña. Este requerimiento pretende ofrecer a los ciudadanos la claridad y seguridad que requiere una cuestión de tanta importancia”, y ha insistido en que Puigdemont debe volver a la vía legal.

“El pasado 1 de octubre pretendió llevar a cabo un referéndum ilegal. No fue espontánea ni inocente”, ha asegurado Rajoy haciendo referencia al 1-O. “No pueden imponer una independencia unilateral ni liquidar su propio estatuto de autonomía”, ha dicho Rajoy.

“Resulta urgente volver a la legalidad”, ha afirmado el presidente, quien ha sacado pecho de reunirse más veces con líderes políticos independentistas que con cualquier otro. “Siempre mostré mi sincera disposición a entendernos y colaborar”, a lo que ha añadido que si hubieran querido dialogar no hubiera sido necesario que convocasen elecciones autonómicas para el 27S, no hubieran convocado un sucedáneo referéndum el 9N y otras autonómicas en 2015. Rajoy ha sacado pecho de esta manera a pesar de que, segundos más tarde, ha matizado que “no hay mediación posible”, y se ha remitido a la legislación de las Naciones Unidas. “Es falso y contrario a cualquier norma internacional la invocación de un derecho a decidir de un país democrático que respeta el derecho internacional”.

“El futuro de Catalunya y sus ciudadanos pasa por cerrar la fractura”, ha mencionado Rajoy, quien quiere “recuperar esa Cataluña que ha tenido una visión integral de su país” porque “España no se puede entender si ese catalanismo” unionista. “He sido partidario del diálogo, pero debo advertir, porque se dicen muchas cosas que no es posible aceptar bajo la apariencia de un diálogo equívoco la imposición de puntos que hace imposible” llegar a un acuerdo, ha sentenciado Rajoy. “Todos somos hijos del mismo sol”