Este miércoles 11 de octubre el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha comparecido ante el pleno del Congreso de los Diputados a petición de Unidos Podemos y del propio Rajoy para explicar la posición del Ejecutivo con respecto a la cuestión catalana y las líneas maestras de las soluciones con las que pretende abordar el desafío soberanista. Es un día clave para el devenir de lo que se ha calificado por los medios de comunicación tanto nacionales como internacionales, periodistas, analistas y políticos como la crisis de estado más grave de la historia democrática de España. La sesión plenaria es determinante y los asistentes lo saben.

Desde el patio del Congreso que separa el edificio de Cedaceros del Palacio del Hemiciclo, uno a uno iban desfilando los líderes de los diferentes grupos parlamentarios y sus respectivos diputados y guardias pretorianas. Sus semblantes lo decían todo. Caras serias. Nadie hablaba. Ni siquiera Pablo Iglesias. El secretario general de Podemos acostumbra a pronunciar algunas palabras antes de las sesiones plenarias. No en esta ocasión.
Tampoco han hablado Mariano Rajoy, Margarita Robles o los diferentes ministros que enfilaban los pasillos y entraban al hemiciclo.

La prensa internacional, que ha estado siguiendo al detalle el minuto a minuto del desafío soberanista, también está presente. El patio del Congreso está repleto de cámaras y periodistas que, cada uno con su acento, opina. “Hoy es histórico”, decía un periodista italiano mientras Irene Montero, rauda, pasaba detrás de él y entraba al parlamento. Con gesto serio.