El Parlamento Europeo cambió esta semana de urgencia el horario de su sesión plenaria de este miércoles para introducir el debate sobre “Constitución, Estado de derecho y derechos fundamentales en España a la luz de los acontecimientos de Cataluña”.

En él, toda Europa ha mirado a la grave situación que se vive estos días entre Cataluña y España para pedir “diálogo” ante un “callejón que parece sin salida”, según ha afirmado el vicepresidente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans.

“Olvidemos el enfrentamiento y apostemos por el diálogo para resolver este conflicto”, señaló Timmermans, que dijo que solo les corresponde a los 46 millones de españoles decidir su futuro, excluyendo así cualquier papel de mediador de las instituciones europeas.

El número dos del Ejecutivo comunitario defendió que hay que respetar la democracia, el Estado de Derecho y los derechos fundamentales, y que no puede faltar ninguno de los elementos, defendiendo que “es el deber de todo Gobierno mantener el Estado de Derecho y eso a veces requiere el uso proporcionado de la fuerza”.

Al mismo tiempo, señaló que “eso no quita que hemos visto imágenes terribles”, al mismo tiempo que señaló que “todos los Gobiernos deben respetar la supremacía del Derecho, y eso exige a veces el uso proporcional de la fuerza”.

Asimismo, se refirió a la llamada del presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, para dialogar, y señaló que “el poder del diálogo, de que unos hablen con otros, aunque no estén de acuerdo”.

Los españoles deben dialogar

Tras Timmersmans, han tomado la palabra los portavoces de los diferentes grupos de la Eurocámara.

Manfred Weber, presidente del Partido Popular Eurpeo, ha recordado que “los ciudadanos han sido heridos, pero también ha habido policías que fueron enviados no por el Estado español, sino por los jueces”, llamando una vez más al diálogo, pero recalcando que “este conflicto solo lo pueden resolver los españoles”. Porque la UE, insiste, no puede intervenir en los asuntos internos de un Estado miembro.

Weber también se ha encargado de recordar a los catalanes que “quien abandona España, abandona la UE, abandona el euro, Shengen (libre circulación de personas entre los Estados miembros) y el mercado único”.

Por su parte, Gianni Pittella, presidente del grupo socialdemócrata, ha insistido en el llamamiento al diálogo. “Lo que tenemos que decir es simplemente 'parad', a veces hace falta solo un gesto para cambiar la historia”. “Nunca renunciaré a la idea de que se pueda ser al mismo tiempo catalán, español y europeo. Hay un vínculo indisoluble que los une. Europa nació para aportar unidad y paz”, ha defendido.

Pittella ha sido el primero en señalar al Gobierno de Mariano Rajoy, afirmando que la gestión de esta crisis podría y tendría que haber sido diferente.

El beneficio para los antieuropeos

Guy Verhofstadt, presidente del grupo de los liberales, recordando el 23-F, ha afirmado que “ninguno de nosotros podemos dar lecciones de democracia a España, pero que la actual situación, donde “la democracia española tiene que volver a superarse a sí misma” no se puede superar “sin la ley, pero es aún más cierto que no se puede superar una situación tan grave solo con la ley”.

El líder liberal, abiertamente federalista y europeísta, está seguro de que la división en España sólo beneficia a “los antieuropeos, que ya han empezado a usar su causa”, e instó “a todas las partes a poner punto y final a esta escalada de tensión. Les insto a sentarse a una misma mesa. El espíritu que reine alrededor de esa mesa debe ser de entendimiento. El futuro de 27 países europeos, el futuro de Cataluña, de mi comunidad flamenca, no se encuentra en la separación”.

La autodeterminación sale a debate

Patrick Le Hyaric, líder del grupo de la Izquierda Europea, ha tachado al Gobierno de Mariano Rajoy de “frío y débil” y ha echado la culpa de la crisis catalana a la austeridad y la desigualdad en la Unión.

Le Hyaric ha afirmado que “todos los pueblos tienen derecho a la autodeterminación” y que se debe buscar “un compromiso que pasa por una definición del estatuto del referéndum”, aunque defendiendo que el acto del 1-O fue ilegal.

Ska Keller, del grupo Los Verdes, por su parte, ha marcado el pasado domingo como una jornada que se recordará tristemente en España y en Europa, cuando pudimos ver comportamientos “inaceptables” por el “uso de la violencia desproporcionado e injustificado”.

La portavoz de Los Verdes también ha cargado contra el Gobierno español, calificando de “fracaso” su actuación, “independientemente de lo que piense uno del referéndum”. “Rajoy ha recurrido a los jueces, pero los jueces no pueden solucionar un problema político. En el fondo ha añadido más leña al fuego. La espiral se ha agravado”.

En el fondo, defiende Keller, “de lo que se trata es de buscar una solución política porque lo que ocurre en Cataluña es un problema político”, y ha reclamado que la Comisión Europea “tome cartas en el asunto” y ha reclamado, como hizo Puigdemont, “la mediación” en la UE en el conflicto, defendiendo que “el derecho a la autodeterminación está consagrado en el derecho internacional. Las dos partes tienen que mirar su responsabilidad para que de manera democrática se respete ese derecho. Más cargas policiales no van a resolver este problema”.

“Nadie puede estar satisfecho”

Tras la intervención de cierre una vez más del vicepresidente de la Comisión, el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, ha querido tomar la palabra para defender que “nadie, nadie, puede estar satisfecho por los acontecimientos del domingo. Pero las declaraciones unilaterales se contradicen con las leyes europeas. Hago un llamamiento para que se realice una reflexión que favorezca el dialogo en España en el marco constitucional, incluyendo el Estatuto de Cataluña”.

Tajani también ha sido el encargado de pedir a un grupo de Eurodiputados que retirasen una estelada que han colocado en sus escaños al comienzo del debate.

Un debate sin los españoles

Los grupos de la Izquierda Unitaria fueron los que pidieron el pasado lunes un debate sobre la actuación de la Guardia Civil y la Policía Nacional en Cataluña y defendieron una sanción al Gobierno español. La propuesta encontró resistencia por parte de los tres grandes grupos, PP, PSOE y Liberales, que prefirieron un debate sobre el Estado de Derecho, la Constitución y los Derechos fundamentales.

Los grupos de la Eurocámara, acordando un debate corto para mostrar su posición y la de la Comisión Europea, decidieron también que en él no participasen los eurodiputados españoles