El despliegue de Policías nacionales y Guardias Civiles en Cataluña –a tal nivel que tendrán que ser alojados en barcos- no es suficiente para el Gobierno de cara a frenar el referéndum del 1-O. Por ello, el Ministerio del Interior se está planteando tomar el control de los Mossos d’Esquadra.

Según El Mundo, Interior está pensando aumentar el despliegue policial hasta llegar a los 3.000 efectivos desplazados que se sumarían a los que ya están destinados en Cataluña.

Un envío especial de agentes que responde al temor a que los Mossos actúen con pasividad el día del referéndum, como se vivió en algunos momentos de este martes, donde más que actuar los agentes catalanes se limitaban a interponerse entre los agentes y los ciudadanos más exaltados.

Desde Interior se intenta que sus planes no se filtren y que su actuación sea discreta para evitar que se transmita la imagen de una ocupación policial de Cataluña por parte de la Guardia Civil y la Policía Nacional. Por ejemplo, en las últimas semanas se ordenó que los 200 agentes extra de la Benemérita que se habían destinado por la operación verano alargasen su estancia de cara al referéndum.

Analistas de la seguridad del Estado, según este diario, temerían que los Mossos d’Esquadra no estén a la altura a la hora de obedecer órdenes de la Fiscalía. Incluso algunos habrían recibido información de que algunos agentes catalanes estarían tratando de bloquear actuaciones judiciales, pese a la orden transmitida de su mayor, Josep Lluís Trapero de obedecer al Ministerio Fiscal.