Si este lunes conocíamos que, para Bruselas, Reino Unido no se estaba tomando en serio el Brexit, con el negociador de la UE pidiendo “negociar seriamente” y “claridad”, este martes ha sido el propio presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker el que ha evidenciado el enfado del bloque comunitario con la posición actual de Londres ante el divorcio.

Delante de los embajadores de la Unión Europea, cuya conferencia interna se está celebrando estos días en Bruselas, Juncker aseguró que, de todos los documentos enviados enviado por el Gobierno británico sobre su posición respecto al Brexit, ninguno de ellos “realmente” le ha satisfecho.

“Hay una enorme cantidad de cuestiones pendientes de resolución”, ha reconocido Juncker, quien citó el problema fronterizo entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, que calificó de “muy serio” y para el cual admitió que no existe “una respuesta definitiva”, así como la situación de los ciudadanos comunitarios en el Reino Unido y de los británicos en los países de la UE.

Divorcio antes que relación futura

En lo que el presidente del Ejecutivo europeo también se mostró muy tajante fue en el orden de las negociaciones, un tema en el que desde Londres siempre se ha intentado meter baza.

Para Juncker “debe quedar ‘ultraclaro’ que no iniciaremos ninguna negociación sobre los futuros acontecimientos, con esto quiero decir sobre las futuras relaciones económicas y comerciales entre el Reino Unido y Europa, antes de que se hayan resuelto todas las cuestiones referidas al artículo 50 (sobre los términos de salida) y, por tanto, al divorcio entre la Unión Europea y el Reino Unido”. Una posición rotunda y que da de choca frontalmente con las pretensiones inglesas de una negociación a la par de ambos aspectos.

Las cosas claras

El negociador de la UE para el Brexit, Michel Barnier, insistió este lunes al Reino Unido a “negociar seriamente” con “más claridad” en sus posiciones. Por su parte, el ministro británico encargado de la retirada, David Davis, pidió “flexibilidad e imaginación”.

“Para ser sincero, estoy preocupado. El tiempo pasa rápido”, ha afirmado sin tapujos Barnier en una breve declaración a los medios antes la tercera ronda de negociaciones que se prolongará hasta el jueves.

Y es que fuentes comunitarias asumen que será difícil alcanzar un avance suficiente en las conversaciones para octubre, cuando se preveía iniciar el debate sobre la futura relación entre Londres y el bloque europeo.

Barnier aseguró que está “preparado para intensificar las negociaciones en las próximas semanas” y subrayó la necesidad de acelerar el proceso, dado que el tiempo corre y la UE teme que no se asienten las bases para un acuerdo en la fecha para la que está prevista la salida del Reino Unido, marzo de 2019, dos años después de que se iniciaran oficialmente las negociaciones.