Es prácticamente imposible encontrar un grupo político, ni siquiera la CUP catalana, tan violento, demagogo y fundamentalista como el Grupo Popular en las Cortes de Castilla-La Mancha, cuyos 16 diputados siguen a pie juntillas las directrices demoledoras de la presidenta regional del PP y secretaria general de la formación a nivel nacional, además de diputada por Toledo y ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, quien ha ordenado, como ya publicó en exclusiva ELPLURAL.COM, aplicar una estrategia de acoso y derribo contra el “régimen venezolano y chavista” presidido por el socialista Emiliano García-Page, como así denominan los “populares” al bipartito formado por socialistas y Podemos.

Un holligan llamado Robisco

El caso es que Cospedal ordenó a los suyos desde su cómodo despacho de Madrid, tras decidir abandonar Castilla-La Mancha a cambio de un sillón en el Consejo de Ministros, reventar toda normalidad democrática e impedir, sobre todo y  a todo costa, que Castilla-La Mancha contara con presupuestos para este año y los próximos ejercicios. Para lograr estos lúgubres objetivos que solo perjudican a Castilla-La Mancha y que no benefician a nadie, incluido al propio PP,  tenía la complicidad expresa de uno de sus más fieles seguidores, Lorenzo Robisco, a la postre presidente de la Comisión de Presupuestos hasta este viernes, día en el que el presidente del Parlamento castellano-manchego, Jesús Fernández Vaquero, ha decidido apartarlo y presidir él mismo dicha comisión.

Con el reglamento en la mano

Y es que Vaquero, un político con una vasta experiencia y que conoce a la perfección al PP de Cospedal, sabía que de seguir los “populares” presidiendo la Comisión de Presupuestos las cuentas no saldrían del barrizal donde el PP las enterró la pasada semana. De ahí que decidiera aplicar los artículos 35.2 y 25.5 del Reglamento del funcionamiento de las Cortes regionales, en los que se específica que el presidente de las Cortes puede tomar la presidencia de cualquier comisión que se celebre en el Parlamento si lo “considera oportuno”. Dicho y hecho: al inicio de la Comisión de Economía y Presupuestos de las Cortes en la que se deben debatir las enmiendas parciales al proyecto de ley de presupuestos de Castilla-La Mancha para 2017, Fernández Vaquero anunciaba la sustitución de Robisco en la Presidencia de esta comisión para “velar por la marcha eficaz de los debates parlamentarios”. Decisión que ha llevado al cesado a tomar la palabra y denunciar el cercenado de sus derechos. Tras ser llamado al orden en tres ocasiones, el presidente ha decidido expulsarlo de la comisión. El escándalo estaba servido y el PP conseguía su propósito: reventar el orden democrático.

Diez expulsados por el presidente

El primer expulsado ha sido, como decimos, Lorenzo Robisco, que fue retirado de la presidencia de la Comisión tras numerosos intentos deliberados de retrasar los debates de las enmiendas al proyecto de Presupuestos. Fernández Vaquero suspendió la Comisión hasta que el diputado saliera de la sala, pasando posteriormente el turno de palabra a la también diputada del Partido Popular, Ana Guarinos, quien también fue llamada al orden, además de denunciada por Podemos ante los tribunales al acusar al partido morado de estar “lleno de pederastas y delincuentes”. Luego pidieron la palabra otros diputados del PP que fue denegada por el presidente por “no ceñirse a la cuestión” y porque “no tenían la palabra”. Tras hacer caso omiso, el presidente les ha llamado al orden y ha terminado por expulsarles de la sala. De este modo, fueron diez los diputados del Grupo Popular los expulsados de la sala después de haber sido llamados al orden hasta en tres ocasiones cada uno.

El caso de la diputada Lola Merino, la más fiel seguidora de Cospedal, ha sido el más llamativo, pues se ha negado a salir de la sala al grito de “va a tener que venir la policía porque no me dejan decir lo que tengo que decir”. Tras estos acontecimientos, se ha procedido a realizar un receso, abandonando el presidente la sala.

Cortar por lo sano

El presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Vaquero, que en todo momento ha estado avalado por el gabinete jurídico del Parlamento regional, ha adoptado la decisión que todo político responsable y serio debe tomar en situaciones donde una parte interesada, en este caso el PP, decide anteponer sus propios intereses a los del resto de la ciudadanía, sin importarle el daño socioeconócimo que con sus erróneas decisiones pueden causar. Ahora, corresponde a María Dolores de Cospedal justificar el lamentable espectáculo ofrecido por los suyos en la Cámara castellano-manchega y justificar el premeditado retraso de la tramitación presupuestaria cuando profesores, sanitarios, dependientes y otros colectivos sensibles los esperan como agua de mayo. Vaquero, afortunadamente, “ha cortado a tiempo por lo sano”, reconoce a ELPLURAL.COM un destacado dirigente sindical.