Al histórico líder socialista se le ha visto en dos de sus versiones respecto al conflicto en Cataluña. En primer lugar, asertivo y jugando la carta de Venezuela: "Se está haciendo una propuesta como la de Maduro: si no se gana por los votos, se gana por las botas". Además ha añadido que "tenemos un problema de convivencia que se traduce en un problema de territorios. No solo quieren crear nuevos demos, están fracturando mucho más gravemente su convivencia social interna". Por otra parte, el expresidente ha querido señalar de quién es realmente el problema: "El problema no es de Cataluña con España sino de los catalanes con los propios catalanes". También ha sido contundente al calificar la ley del referéndum como "un bodrio". 

Quizás influido por el discurso integrador de su compañero de partido, Felipe Gonzalez ha querido dejar claro que "nadie discute la identidad de Cataluña. Es necesario abrir la vía incluso, de la reforma constitucional". Sin embargo tiene claras las intenciones de la Generalitat: "Hay una incitación clara a la sedición. Y eso está tipificado en el Código Penal". Al igual que Aznar, también se ha referido al artículo 155, pero lo ha tildado de "ambiguo""Lo que el artículo 155 exige a los responsables de Gobierno es que si se vulneran las normas constitucionales y estatutarias, hay que dar una respuesta para devolver la realidad al ámbito constitucional". En cuanto a un posible consenso político Felipe se ha dirigido al popular: "Ambiente para el consenso político hay poco, pero puedo asegurarte, José María, que en la transición había menos".

Palabras para las CUP

Felipe González ha querido dejar plasmado quiénes son, según su opinión, los más racionales con su discurso en la política catalana: "Los únicos coherentes en este lío son los de las CUP. Son consecuentes con lo que proponen, convertir a Cataluña en la Alemania del pasado". ¿Se referirá a la Alemania nazi o la comunista?. Lo que está claro es que a pesar de considerarles lógicos con su discurso les tilda de antidemocráticos. También ha lanzado un mensaje a los nuevos políticos: "Tenemos restos difíciles como país. Le toca a otros resolverlos, a otra generación".