No solo es la desconfianza que ha generado en el mundo, como demuestra la reciente encuesta de Pew Research, es que del presidente Trump ni siquiera se fían sus propios colegas del partido Republicano. Es cierto que empezó el curso algo tarde, en enero, pero un buen alumno habría sido capaz de levantar su propio listón en los pocos meses que median hasta finales de junio. No ha sido así. Desde su rabiosa obstinación en prohibir la entrada de musulmanes en Estados Unidos hasta su promesa electoral de acabar con el Obamacare, el sistema de protección sanitaria implantado por su predecesor, pasando por el muro en la frontera de Mexico, la mayor parte de sus iniciativas han resultado total o parcialmente fallidas. Y eso sin contar los escándalos que ha protagonizado a costa de sus caprichos, sus negocios o su familia.

A finales de la semana próxima se celebra en Alemania la cumbre del G-20, en la que el presidente norteamericano suele tener una importancia crucial. Todo indica que llega a esa importante reunión sin que le importe demasiado el papel que su país ha mantenido hasta ahora en el liderazgo internacional. "América primero" dijo el día de su toma de posesión, algo que revela su desprecio por el resto del mundo, pero ni siquiera en su propio país ha conseguido, por ahora y afortunadamente, cambiar demasiadas cosas.

Estas son las principales asignaturas que se le han atragantado a Trump: