Cristina Pedroche será la portada del nuevo número de Vanity Fair, que incluye una entrevista con ella que dará que hablar, como todo lo que suele hacer la presentadora, para bien o para mal. Pedroche vuelve a mojarse en política, al menos un poquito, y señala que “yo gusto a todos y Rajoy solo a una parte”, a la vez que declara su admiración por Alberto Garzón e Íñigo Errejón, “pero no soy de Podemos”.

Pedroche se convirtió en su día en la primera mujer española en superar el millón de seguidores en Twitter. Hoy, tiene 2,2 millones, el doble que el presidente del Gobierno. Lo que interpreta así: “Seguramente diga cosas más interesantes que los políticos. Ellos tampoco dicen mucho. Supongo que a lo mejor yo gusto a todos y Rajoy solo gusta a una parte de la sociedad”.

Pese a ello, víctima muchas veces de polémicas virales, como la que protagonizó cuando dijo que no le caían bien los votantes del partido Popular, reconoce que “en España penaliza hablar de religión, política y fútbol”. Sin embargo, no le duelen prendas en confesar que “me gusta Garzón, es un tío muy inteligente y habla muy bien”. “Errejón también me agrada, pero no soy de Podemos. Ves, ya me estoy metiendo en un lío”, añade.

Pedroche es el objeto de deseo de las marcas. En la actualidad trabaja para una firma de joyas, para unas chanclas brasileñas y representa a Puma en España. Algo que le supone unos ingresos de entre 100.000 y 180.000 euros. Aunque su objetivo es aspirar a las marcas de lujo, como confiesa Josie (José Fernández-Pacheco), su estilista en las campanadas y compañero en Zapeando: “Puede que a algunas marcas de nicho no les interese un personaje tan de consumo masivo como ella. Todo lo que hace o dice tiene tanta repercusión que genera una bipolaridad muy fuerte. Algunas firmas la vetan por eso”,

La presentadora reconoce que esos vetos le molestan, pero se toma la justicia por su mano: “Hay marcas que me dicen: ‘No te queremos dejar ropa’. Me da rabia, pero luego voy yo y me compro alguna cosilla (risas)".

En cualquier caso, Pedroche también tiene intereses en el mundo hostelero, gracias a su pareja, el chef David Muñoz, al que cada mañana toca con el pie al despertarse para comprobar que sigue a su lado.

Después de participar en Zapeando, Pedroche echa unas horas en DiverXO, donde ayuda a organizar la agenda y “todo lo que no sea cocinar: el diseño de la vajilla, el vestuario de los camareros, la contratación de proveedores y la cata de los nuevos platos”.

De hecho, cuando ambos se conocieron, la filial de DiverXO en Londres estaba estancada. “Él me decía que estaba a punto de abrir, pero no tenía ni el diseño del local. Algunos socios se querían ir, y le ofrecí poner el dinero que faltaba”, explica Pedroche. Ahora tiene acciones del restaurante londinense, donde acude cada sábado para comprobar que todo esté en orden.