Tres son las noticias más destacables que deja la noche electoral británica: una, el éxito del partido Laborista, que consigue 31 escaños más de los que tenía, algo impensable al principio de la campaña. Dos, el rotundo fracaso de la primera ministra, Theresa May, que convocó las elecciones para asegurarse una mayor tranquilidad en las negociaciones del Brexit y ni siquiera ha superado la barrera de la mayoría absoluta. Y tres, la desaparición del Parlamento británico de los euroescépticos del UKIP después de haber empujado a miles de personas a votar a favor del Brexit con mentiras que han quedado demostradas.