Miedo. Confusión. Terror. Así es como se sintieron las más de 900 personas que se encontraban dentro de la Catedral de Notre Dame en la tarde del martes y que quedaron allí recluídas por seguridad. Y es que después de lo sucedido en Manchester y Londres días atrás, cualquiera se temía lo peor.

La Fiscalía antiterrorista de París ha abierto una investigación sobre el ataque de hoy en la plaza de la catedral Notre Dame de París, en el que la policía ha herido por disparos a un hombre que había agredido previamente a un agente con un martillo. El asaltante reconoció ser un soldado de Daesh. La Fiscalía ha encargado la investigación a la sección antiterrorista de la Brigada Criminal y a la Dirección General de la Seguridad Interior (DGSI), explicaron a EFE fuentes judiciales.



Para controlar la situación lo máximo posible, la policía pidió a los visitantes que permanecieran con los brazos en alto dentro de la catedral francesa para adoptar todas las medidas de seguridad posibles.