Este viernes se cumplen tres años desde la abdicación de Juan Carlos I, a sus 76 años, el 2 de junio de 2014, después de 39 años de un reinado que tuvo su mayor logro en el camino hacia la democracia emprendido tras la muerte del dictador Franco, pero que estuvo marcado en su última etapa por el destape de los escarceos sentimentales del monarca y el caso Nóos.

Protagoniza un acto junto a Felipe VI
En un segundo plano, Juan Carlos I protagoniza hoy un acto en Galicia junto al Rey Felipe VI en la conmemoración del 300 aniversario de la creación de la compañía de guardias marinas en la Escuela Naval Militar, en Marín, Pontevedra, con el que la Casa Real consigue trasmitir la imagen de continuidad de la Corona en el tercer aniversario de la abdicación.

Ileso, tras los escándalos de su padre y el caso Nóos que alcanzó a su hermana pequeña, Felipe VI ha conseguido mantener a flote la Monarquía con el visto bueno del 57,4% de los españoles, frente al suspenso del 17,8%, según el CIS de mayo de 2015; el último que conocemos, ya que el barómetro lleva dos años sin preguntar sobre la Corona. La institución obtuvo las cuotas más bajas de su popularidad en la última etapa de Juan Carlos.

El Rey que pidió perdón
En lo que concierne al Rey emérito, su valoración se mueve entre quienes destacan su aportación a la democracia y la estabilidad política durante casi cuatro décadas y entre quienes le reprochan decepcionados sus errores o rechazan la monarquía desde sus principios republicanos.

Por sus errores, el propio Juan Carlos I pidió perdón públicamente a los españoles, un gesto insólito, tras ser pillado, en abril de 2012, en plena crisis económica en un viaje de ocio en Botsuana cazando elefantes. El hecho se conoció porque el monarca se rompió la cadera y tuvo que ser trasladado de urgencia a España. Aquel suceso fue determinante en el deterioro de la imagen del Rey, sobre todo cuando trascendió que no se encontraba solo, sino con su íntima amiga Corinna zu Sayn-Wittgenstein.

En un discreto segundo plano
El escándalo a raíz de conocerse detalles de aquella relación, junto con el caso Nóos y las complicidades de Casa Real con los negocios de Iñaki Urdangarin debilitaron la imagen de la Casa Real. Más recientemente, las grabaciones realizadas por agentes del CNI de los escarceos amorosos del monarca con Bárbara Rey o la mallorquina Marta Gayá han provocado un mayor desgaste

En un segundo plano, el Rey emérito mantiene una agenda discreta, pero activa.  Desde su abdicación ha protagonizado cerca de 80 actos y ocho viajes oficiales, como las conmemoraciones del 25 aniversario de la Expo de Sevilla, el 30 aniversario de la firma del Tratado de Adhesión de España a las Comunidades Europeas, la firma del Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC, la inauguración del Canal de Panamá o los funerales de Fidel Castro.