No es ningún secreto la pasión mostrada por la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, con toda la simbología decimonónica de Gutiérrez Solana (mantilla, peineta, toros, procesiones, pandereta y olé) y con la puesta en escena de actos castrenses que buscan reforzar, si cabe más todavía, la exuberancia patriótica mostrada por la derecha española, que nunca ha ocultado sus preferencias por el Ejército y su participación en actos sociales fuera de los cuarteles. Cospedal ha tardado apenas seis meses, desde que accedió a una de las carteras con más simbolismo del Ejecutivo conservador, para dejar claro que a partir de ahora Castilla-La Mancha se convierte en “zona militarizada” y en “espacio reservado espiritual para uso y disfrute de la secretaria generala Cospedal”, reconocen a ELPLURAL.COM fuentes de Podemos, partido que no ha logrado deslucir los actos castrenses que la ministra de Defensa se ha traído a tierras castellano-manchegas para celebrar el Día de las Fuerzas Armadas. La formación morada ha llevado a cabo una campaña en las redes sociales intentando boicotear sin éxito el programa de las FAS.

Cospedal tira la casa por la ventana

Y no ha reparado en gastos ni en logística. Para empezar, el desfile del fin de semana en Guadalajara ha duplicado al presupuesto de 2016, pasando de los 136.000 euros del año pasado a los 350.000 del sábado, o  lo que es lo mismo, más del doble, mientras que muchas de las instalaciones en las que trabajan los militares están en una “situación absolutamente lamentable, además de la desmotivación y la desmoralización de la tropa ante la falta de expectativas”, asegura la Asociación Unificada de Militares Española (AUME). Pero quien conoce a la ministra sabe que eso a Cospedal le “entra por un oído y le sale por otro, como cuando siendo presidenta de Castilla-La Mancha destinó cerca de dos millones de euros a la cumbre del vino, celebrada en Toledo, que tenía como objetivo contraprogramar la Feria Nacional de Vino que bianualmente organiza la Diputación socialista de Ciudad Real”, denuncian en este caso fuentes del PSOE.

Guadalajara y las víctimas

Fuentes que también precisan que la elección de Guadalajara no es casual, como tampoco lo es que haya invitado después de 14 años a algunos familiares de las víctimas del avión Yak 42, catástrofe que en mayo de 2003 se cobró la vida de 62 militares españoles que regresaban a España tras cuatro meses de misión en Afganistán. La ministra pidió perdón “en nombre del Estado” a los familiares de las víctimas por no haber reconocido “con anterioridad” la “responsabilidad” del Estado en esta tragedia.

El caso es que Cospedal mantiene una triste, pero interesada, relación con la sociedad alcarreña, que vio como en el verano de 2005 once miembros de un retén de extinción de incendios forestales moría pasto de las llamas. La también secretaria general del PP no dudó ni un momento en utilizar a estas víctimas para intentar buscar réditos electorales, y a pesar de que sus familiares recibieron las más altas indemnizaciones pagadas en España por estas desgracias, Cospedal siendo presidenta del Gobierno de Castilla-La Mancha volvió a remover el caso e indemnizar de nuevo a los familiares, no sin antes intentar meter en la cárcel a los funcionarios que extinguieron el fuego. Por cierto, su gran amiga, Concha Espejel, nombrada hace unos días presidenta de la Sala Penal de la AN que decidirá sobre casos de corrupción que involucran al PP, era presidenta de la Audiencia de Guadalajara por aquel entonces. Cuando Espejel fue ascendida al Consejo General del Poder Judicial a propuesta del PP, su sustituto absolvió a todos los que Cospedal quiso empapelar.

Con novedad en El Alcázar

En sus anhelos de convertir en un vasto cuartel a Castilla-La Mancha, la ministra también se ha traído hasta la explanada de El Alcázar de Toledo, edificio donde fueron sustituidos los sables por los libros, que en la actualidad lo ocupa la Biblioteca Regional y el Museo del Ejército, un cambio de guardia protagonizado por el Regimiento de Infantería Inmemorial del Rey Número 1, que vestidos de forma decimonónica, como gusta a Cospedal, han protagonizado un acto en este emblemática inmueble con motivo de la celebración del Día de las Fuerzas Armadas. Acto de izado de la bandera donde la alcaldesa de la ciudad, la socialista Milagros Tolón, ha sufrido una bajada de tensión que la ha indispuesto para continuar presenciando tan “emotivo” encuentro castrense. Y es que ya lo dijo Mariano Rajoy: “esto del desfile es un coñazo”. Tal vez por eso, el presidente del Gobierno lleva tres años consecutivos sin presenciar el desfile de la cabra de la legión, que este año también ha fallado siendo sustituida por un perro.