Tras años dejando su alma en textos, libros y artículos como periodista y escritor, Fernando Delgado, decidió dar el salto a la política, aunque sin dejar la literatura. Acaba de publicar 'El huido que leyó su esquela' (Planeta), una novela con la que cierra su trilogía del ahogado -tras 'No estabas en el cielo' (1996) e 'Isla sin mar' (2002)-. 

Fue en 2015 cuando, según ha explicado a ELPLURAL.COM, vio que empezaba una etapa de cambio de la que querría formar parte. Ahora, unos años después y desde la distancia. Se atreve a asegurar que ese cambio era una ilusión, que lo que “realmente se ha vivido en este país es un profundo retroceso”.

Como resultado, Delgado cree que pasamos por una etapa en la que se abusa del teatrillo en el Congreso y en la que ya no hay figuras de peso y calidad para representar a los partidos políticos. ¿En todos? Sí, incluso en el PSOE.

Y es que Delgado ha reconocido a este diario que no hubiera votado a ninguno de los tres candidatos a las primarias del PSOE. Ni Pedro Sánchez, ni Susana Díaz, ni Patxi López le convencen. “Ninguno de los tres candidatos hubiera sido para mí el preferido” o “Tampoco creo que el PSOE tenga en este momento las figuras más notables para representarlo”, han sido sólo algunas de sus afirmaciones en esta entrevista.

Eso sí, si pudiera elegir un candidato para llegar a La Moncloa, no titubea: su presidente sería Ángel Gabilondo. 

Periodista, escritor y, desde el 2015 también político. Ese año comenzaste esta nueva aventura dentro del mundo político como número dos en las listas del PSPV-PSOE ¿Qué te llevó a dar este salto? ¿Por qué tomaste esta decisión?

Yo he sido siempre un ser plenamente político. Creo que ningún ciudadano es ajeno de verdad a la política. Ningún ciudadano que tenga alguna exigencia ética o personal puede ser ajeno a la política.

La política no es una profesión ni es el ejercicio de mando solamente. La política no es sólo un instrumento de gobernación, también es un instrumento de conciencia y, por lo tanto, de ética personal.

Yo siempre he estado, desde mayo de 68, de alguna manera en la política. Es más, cuando era un joven católico durante el franquismo, era un católico comprometido socialmente. He tenido conciencia política siempre. Muchas veces he dicho, y con razón, que he sido un cristiano sin Iglesia y que ahora soy un socialista sin partido porque estoy en la política como independiente.

Entonces, en cierto modo, ¿todos somos políticos y responsables?

Cuando la gente habla de los políticos y le echa la culpa de todo a los políticos, que en parte la tienen, pienso que todos como ciudadanos deberíamos saber cuáles son nuestras responsabilidades políticas.

Aquí hemos tenido un ministro de justicia que ha llegado a decir que las urnas absuelven de la corrupción. Si esto lo ha llegado a decir el cabeza de la Justicia, lo que tenemos que decir nosotros es que cada ciudadano tiene que saber a qué personaje vota porque cada uno con su voto tiene una responsabilidad. 

Hace sólo dos días, el PSOE se enfrentó a una de las primarias más decisivas de su historia. Finalmente, Pedro Sánchez será el nuevo secretario general de los socialistas ¿cómo viviste la noche de primarias y cómo has recibido el resultado?

Como no soy militante del PSOE, en realidad, he seguido las primarias desde fuera, como un observador. Las he observado sin mucha sorpresa, el resultado no me ha sorprendido. Pero, de todas maneras, si hubiera tenido que votar no habría tenido una opción.

Quiero decir que ninguno de los tres candidatos hubiera sido para mí el preferido. Si fuera militante, tendría que haber elegido algunos, pero no creo que el PSOE pase por su mejor momento. Tampoco creo que el PSOE tenga en este momento las figuras más notables para representarlo. Por lo tanto, me hubiera sido muy difícil elegir un candidato.

Bien es verdad que, si el PSOE no tiene esas figuras notables que históricamente ha tenido, con valores e intelectuales, tampoco los otros partidos lo tienen.

Dices que ninguno de los candidatos, ni Pedro Sánchez, ni Susana Díaz, ni Patxi López, crees que pueden ser un buen secretario general del PSOE, pero seguro que tiene alguna figura del partido que crees que puede liderarlo o que es lo que necesita el PSOE ¿Te atreves a desvelarla? ¿Quién sería tu candidato?

Repito que, al no ser militante, no tenía que votar, pero que no habría votado por ninguno.

Otra cosa es un candidato como presidente del Gobierno. En ese caso, como presidente del Gobierno te diría Ángel Gabilondo. 

Sabiendo que Pedro Sánchez es el nuevo secretario general, ¿cuál crees que será el primer paso que tomará o el que se debería dar por el bien del PSOE?

Es difícil decirlos así de forma precipitada, se necesita un tiempo de reflexión. Eso sí, creo que el PSOE tiene que guardar ese espacio de centralidad y de flexibilidad observando el escenario del mundo modelo.

Por supuesto, tiene que alejarse de los populismos porque este partido, aunque ha tenido voces muy diversas, siempre ha tenido gente inteligente y talentos. No digo que no las tenga ahora, quizás sí, pero…

Por lo tanto, no te parecería adecuado un acercamiento del PSOE con Podemos

Creo que Podemos ocupa un espacio distinto. Podemos me recuerda mucho a mayo del 68, por el que ya pasé.

De todos modos, en Podemos hay gente muy diversa. Hay gente de una izquierda reflexiva y también de una izquierda teatral en el peor sentido de la palabra como teatrero.

Eso que llaman populismo se impone por la izquierda y por la derecha. No lo temo, pero no lo comparto, no lo vivo.

Pablo Iglesias anunció que estaría dispuesto a retirar la moción de censura contra Mariano Rajoy si Pedro Sánchez lidera la suya propia…

Sabes lo que pasa, que me parece que son muy mediocres todas esas maniobras y todo el teatrillo batato que ahora existe en la vida política. No me gusta contaminarme ni participar. Veo un teatro miserable y barato en la vida pública del que no quisiera participar.

No seré muy listo, pero estoy dispuesto a aprender tanto como aprendí en otros momentos de políticos con verdadero talento y no de maniobreros. Veo demasiado espectáculo, un circo deteriorado.

En 2015, cuando entraste en política, decías que los hacías porque estábamos viviendo una época de cambio y querías ser parte de ella. ¿seguimos en esa época de cambio o crees que necesitamos una nueva etapa de cambio?

Este ha sido mi profundo desengaño. No sólo no ha sido una época de cambio, sino que además hemos vivido una etapa de profundo retroceso. Oigo voces muy antiguas.

Un político de antaño como Julio Anguita tiene ahora buenos discípulos que lo imitan, pero en eso no hay cambio. Lo que he visto es una pérdida de la razón y de la reflexión e incluso una cedencia de talento. Faltan talentos.

La escena política de la Transición, con todos sus defectos y sus virtudes, estaba llena de figuras de talento.