El presidente de EEUU, Donald Trump, ha entrado en cólera a través de su Twitter personal denunciando una “caza de brujas” en su contra tras el nombramiento de un fiscal especial, el exdirector del FBI Robert Mueller, para supervisar la investigación sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones y los posibles nexos con su campaña, conocidas como Rusiagate.

En su cuenta de la red social, Trump dijo que se trata de la “mayor caza de brujas” contra un político “en la historia de Estados Unidos”, mientras que esta decisión del Departamento de Estado no se había tomado “con todas las actuaciones ilegales que tuvieron lugar en la campaña de (Hillary) Clinton y en la Administración de Obama”.

Ya por el canal más oficial, este miércoles la Casa Blanca aseguro a través de un comunicado que la “investigación exhaustiva” de Mueller probará la falta de nexos entre su campaña electoral y el Kremlin.

El fiscal especial

La decisión del Departamento de Justicia de EEUU fue anunciada por el vicefiscal general, Rod Rosenstein, para supervisar la pesquisa sobre la intrusión rusa y los “asuntos relacionados”, en una aparente referencia a los posibles lazos entre la campaña del hoy presidente de EEUU, Donald Trump, y el Kremlin.

El vicefiscal insistió en que “un fiscal especial es necesario para que el pueblo estadounidense tenga una confianza completa en el resultado” de la investigación.

Robert Mueller dirigió el FBI durante doce años bajo las presidencias del republicano George W. Bush y el demócrata Barack Obama, hasta su retirada en 2013. A Mueller le sucedió como director del FBI James Comey, quien fue destituido por el presidente Trump la semana pasada, una decisión que desató una tormenta política en Washington.

Comey fue despedido por sorpresa, en un principio por su papel en las investigaciones que había realizado por el polémico uso de correos electrónicos desde un servidor privado por parte de Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado, y que como candidata presidencial demócrata fue derrotada por Trumo en los comicios del pasado mes de noviembre.

Poco después de esa versión oficial, Trump dijo que había prescindido de Comey al considerar que era un “fanfarrón” y que el FBI era “un descontrol” desde hacía tiempo.

La oposición demócrata lleva semanas pidiendo el nombramiento de un fiscal especial independiente para investigar los posibles vínculos entre la campaña de Trump y Rusia, pero la mayoría de los republicanos se habían mostrado hasta ahora contrarios a esa idea.