Juristas y técnicos coinciden en señalar las ventajas de la llamada “justicia electrónica”, donde destaca la videoconferencia como un instrumento que permite cumplir con los elementos que conforman el principio de inmediación, pero una cosa es la tecnología puesta al servicio del bien común, y otra muy distinta la utilización desmesurada y personal de esta gracia que permite a las partes escucharse y observar el lenguaje no verbal, como es el caso del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cuyo partido ha pedido al tribunal que enjuicia la trama central de corrupción política del caso Gürtel que declare por videoconferencia por entender que “es el medio que menos perjudica o perturba el ejercicio de su cargo” como jefe del Ejecutivo”, aseguran. Una práctica, ésta del plasma, por la que el PP siente verdadera devoción; ardor visual como lo prueba la utilización de la misma bien desde La Moncloa, sede del Gobierno, bien desde la sede nacional del partido, o bien desde las distintas cárceles madrileñas donde residen destacados miembros del “establishment genovés”, hoy prisioneros por vaciar las arcas públicas.

Del “estoy encantado”, a la pantalla de tv

Lo más gracioso, que no chocante, ya que el presidente del Gobierno nos tiene acostumbrados a decir una cosa y a hacer la contraria, es que Mariano Rajoy aseguraba hace escasamente tres días sentirse “encantado” por declarar como testigo en el caso de corrupción que afecta a su partido hasta las orejas, enmarcando esa declaración en “un acto de pura normalidad”, dijo el pasado miércoles. Sí, pero es el primer presidente en ejercicio que es llamado a declarar como testigo en un proceso judicial ¿Qué ha cambiado para que el presidente cambie de opinión, una vez más? Según el vocero mayor del PP en el Congreso de los Diputados, Rafael Hernando, con la declaración por videoconferencia “no contribuiremos a montar circos, que es lo que quiere PSOE, IU y Adade”. Precisamente Adade, Asociación de Abogados Demócratas por Europa, personada como acusación popular en la primera época de la trama Gürtel (1999-2005), rechaza esta posibilidad, que para el abogado de Rajoy, “está contemplada” en el ordenamiento jurídico y “es una práctica cada vez más extendida en el proceso penal”.

Destacados presos “peperos” amantes del plasma

Sea como sea, el caso es que la utilización del plasma, la pantalla de televisión, la videoconferencia, en resumidas cuentas, tiene una legión de seguidores en el Partido Popular, sobre todo entre los presos ilustres de la formación conservadora que echan mano constantemente de la tecnología visual para prestar declaración ante los numerosos jueces y tribunales que investigan la supuesta corrupción del PP. Éstos como imputados, claro; Rajoy, como testigo, por ahora. Pero también es cierto que no siempre los jueces aceptan la petición de presidiarios “populares” para esconderse detrás de una pantalla y no mover sus posaderas de las plácidas celdas que ocupan en Soto del Real, Estremera, Aranjuez…En este sentido, el juez José de la Mata denegó la petición de Francisco Correa para declarar por videoconferencia desde la cárcel, ya que Don Vito dijo sentir claustrofobia del furgón policial, a lo que el magistrado le recetó un furgón “de espacio amplio e iluminado” y un calabozo con las mismas condiciones, como publicó ELPLURAL.COM.

Cospedal, escucha a Bárcenas desde Soto del Real acusándola de percibir dinero en B.

Bárcenas contra Cospedal desde Soto del Real

Pero de toda la galería de ilustres exlíderes del PP encarcelados por corrupción y amantes, al igual que Rajoy de la videoconferencia, destaca “Luis (Bárcenas), sé fuerte”, según un mensaje del propio presidente. Bárcenas, en 2013, acusaba a Cospedal vía plasma desde la cárcel de Soto del Real de recibir sobresueldos, entregados “por estas manos”, dijo. La secretaria general del PP, que le había denunciado por “vulnerar su honor”, tuvo que tragar sapos y aguantar sentada en la sala de audiencias como su otrora compañero en el Senado refrendaba lo que recogían los llamados “papeles de Bárcenas”, en los que aparecían, entre otros destacados perceptores, dos supuestos pagos de 7.500 euros a Cospedal.

Granados se dirige a la comisión de investigación desde la prisión de Estremera.

Granados y los espías desde Estremera

Algo tiene el plasma que hipnotiza a los supuestos corruptos exlíderes del PP. A esta lista se suma, por derecho propio, el exconsejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, que utilizó el plasma en su comparecencia en la comisión de investigación llevada a cabo en la Asamblea de Madrid para lanzar dardos envenenados a sus compañeros de partido. El también exsecretario general del PP madrileño, encarcelado en la prisión de Estremera por ser el cerebro de la trama Púnica, aseguró que lo de los espías era un montaje y que “nadie espiaba a nadie”, lejos de la realidad, como se ha demostrado tras el ingreso en prisión de su compañero del alma y expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, cabeza pensante de la enésima trama corrupta, en este caso llamada Lezo.

Otros ilustres videoconferenciantes  del PP

Suma y sigue. Otro destacado delincuente corrupto del PP, como es Jaume Matas, expresidente del Gobierno de Baleares, compareció también desde la cárcel de Segovia por videoconferencia para dar explicaciones en la comisión de investigación de Son Espases, sobre la presunta corrupción en la compra del solar y la adjudicación de este hospital de referencia. También declaró a través del plasma el exvicepresidente del Gobierno del PP, Rodrigo Rato. El exvicepresidente de Bankia declaró en el juicio del caso Nóos a través de videoconferencia, pero no desde la prisión, ya que Rato no ha pisado hasta ahora moqueta carcelaria, a pesar de las numerosas y graves acusaciones que penden sobre su cabeza. Como se ve, el PP se siente cómodo detrás de las pantallas, y esto es solo un ejemplo de lo más granado del partido de Mariano Rajoy que han declarado como imputados o como testigos por videoconferencia, pero haber más, haylos.