“Baltasar Garzón cambió la historia de Chile”. Con estas palabras resumió el abogado de Derechos Humanos Nelson Caucoto el papel que para la inmensa mayoría de la población de Chile supuso la actuación del entonces titular del juzgado de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional que llevó a la detención en Londres del dictador chileno Augusto Pinochet y al inicio del camino hacia la verdad, la justicia y la reparación para millones de víctimas.

Caucoto se expresó así en el marco del foro Genocidio y Asociación Ilícita Genocida, el caso Chile, celebrado en el Congreso Nacional de Santiago, en el que participaban entidades como la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos;  el Instituto de Igualdad;  la Comisión chilena de Derechos humanos y el Partido Socialista que habían invitado  a Garzón a participar  en el evento.

Una intensa ovación

Se trataba de poner en común los conocimientos y experiencias adquiridos y poder debatir con otros expertos el tema del genocidio y  los mecanismos que sirven a los perpetradores para garantizar su impunidad. Otro tema fundamental a debate fue el del desamparo de las víctimas, mediante la neutralización de la vía judicial, la presión política o el interés económico para que el olvido sea la fórmula más adecuada que llevan a un interesado olvido.

Una  intensa ovación recibió al juez Garzón quien en pie, emocionado, sonreía y agradecía a los asistentes.  Fue entonces cuando Caucoto explicó que “A través de la acción judicial llevada a cabo por Baltasar Garzón, el día 16 de octubre de 1998, cambió la vida de millones de chilenos”.

Añadió el abogado que en el ámbito judicial “pasamos en dos años, de 1998 a 2000 de cero a cuatrocientos sujetos condenados por desaparición forzada de personas. Baltasar Garzón cambió la historia de Chile”. Por su parte, Garzón resaltó: “Esta acción fue posible gracias a las víctimas y a la acción popular ejercida por un grupo de abogados especializados en Derechos Humanos. Entre ellos, Joan Garcés quien ha dedicado su vida entera a conseguir toda la verdad y toda la justicia”.

Jueces chilenos que buscaron justicia

El juez visitó el Museo de la Solidaridad Salvador Allende y firmo en el libro de honor, horas antes de acudir al Congreso Nacional. Allí, ante los medios, Garzón destacó que después de su intervención en el caso de Pinochet hubo jueces chilenos que buscaron justicia, una sociedad civil fuerte y colectivos de víctimas que "siguieron peleando".

"Gracias a ellos – dijo- se ha obtenido una respuesta desde la justicia y la sociedad que contribuye a la verdad, la justicia, la reparación y sobre todo a las garantías de no repetición".  Garzón agradeció a las víctimas su denuncia y fortaleza: “No cejaron en su empeño de exigir justicia allá donde pudiera impartirse, sobre la base del principio de la jurisdicción universal”.

“Juan Guzmán, un gran juez”

La actuación judicial de Garzón cambió la percepción de la impunidad en Chile. “A partir de ahí  se sucedieron las denuncias, investigaciones y procesos contra el dictador, que fue procesado por el juez Juan Guzmán, un gran juez, permitiendo definitivamente el despertar de la justicia frente a la impunidad impuesta por el miedo y el silencio oficiales”, declaró el juez.

Explicó a preguntas de los periodistas que  los presos con enfermedades terminales deberían poder ser excarcelados para evitar que mueran en prisión. Se refería a los indultos que han solicitado al Gobierno antiguos agentes de la dictadura  que cumplen condena por crímenes de lesa humanidad.

Las críticas de los pinochetistas

Para Garzón cada caso se debe analizar detenidamente antes de tomar una decisión si bien no considera el indulto como solución, sino el estudio minucioso de cada caso. Y dejo claro que en su opinión un Estado de Derecho no puede permitir que una persona muera en prisión porque, en ningún caso la justicia es venganza”.

Su llegada a Chile ha producido las críticas de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el principal partido de la oposición conservadora, al que pertenecen antiguos funcionarios y simpatizantes del régimen militar de  Pinochet. Sobre estas alusiones, dijo Garzón: "No creo que yo sea una persona de tanta relevancia como para que concite la atención de este partido político si no es porque en 1998 ordené la detención del dictador Augusto Pinochet en Londres",