La actividad frenética de Francisco Granados en la cárcel de Estremera no se limita a la escritura de cartas a sus amigos y enemigos, ni a sus peticiones de que vaya a declarar Esperanza Aguirre o Eduardo Inda. El considerado cabecilla de la trama Púnica, dentro de su estrategia de mostrarse como colaborador de la Justicia, ha remitido también al juez del caso, Eloy Velasco, un nuevo escrito en el que, sin entrar en muchos detalles, le reclama que investigue las adjudicaciones de vivienda a siete empresas, así como las propiedades de dichas sociedades en Valdemoro.

Francisco Granados, cuya extensa biografía se puede consultar en nuestra web colaboradora Los Genoveses, arranca su escrito recordando su “actitud de colaboración con el Juzgado” para reclamar varias “diligencias de pruebas”.

La primera de ellas es que se dirija a la entidad Arpegio, fundación presidida por Granados y que está investigada en la Púnica por ser un instrumento “para hacer favores” con dinero público, según confesó Elisa de la Nuez, la persona contratado por Esperanza Aguirre para “poner orden” tras el paso de Granados.

El exconsejero de Aguirre reclama que Arpegio emita “un informe” sobre “las adjudicaciones de vivienda realizadas en el periodo 2001 a 2004” a siete empresas: Himalaya S.L., Hilday S.L., Tuvalu S.L., Servicios Logísticos Inmobiliarios S.L, Servicios Patrimoniales Obras y Vías S.L., TPC S.L. y Obras y Vías S.A.

Además, requiere que se dirija al Ayuntamiento de Valdemoro, que gobernó durante cuatro años, para que consiga una “relación completa de los propietarios” de varios sectores de polígonos industriales de la localidad cuando se aprobó el Plan General de Ordenación Urbana local, en 2004, justo cuando él dejó la Alcaldía.

Dentro de esta petición, también reclama un “listado completo de las adjudicaciones del suelo público y de servicios públicos realizados en el periodo 1999 a 2003, en concreto el periodo en el que fue alcalde.

Finalmente, solicita al juez que pida al registrador de la Propiedad de Valdemoro “las propiedades que, durante los años 2001, 2002, 2003 y 2004” tuvieron las misma siete empresas que citaba anteriormente.

Cartas desde prisión

En los últimos tiempos, Granados ha demostrado que, quizás por el tiempo libre del que disfruta en prisión, es un prolífico escritor. Además de los continuos escritos que manda al juzgado, -ora para presentarse como colaborador de la Justicia, ora para solicitar declaraciones sorpresa en las que nunca acaba de tirar de la manta-, también se ha destacado por sus cartas.

Este miércoles se ha conocido la que ha enviado a su antigua mentora, Esperanza Aguirre, que ahora le considera alguien que le “ha salido rana”. Él mismo lo recuerda en la misiva que se extiende por seis folios llenos de halagos y nostalgia por todo lo que “hemos trabajado, reído, llorado y compartido mil confidencias”.

Pero, sin embargo, entre tanta línea, esconde un misil a su línea de flotación, recordándole que su defensa de que falló “in vigilando” no se sostiene pues la filosofía de Aguirre era “todo se puede delegar menos la supervisión”. Y subraya que “absolutamente nada, ni en el PP ni en el Gobierno, se ha hecho jamás sin que tú lo ordenaras”, hasta el punto de reunirse con las decenas de cargos intermedios –“todos habían sido nombrados por ti”- incluso “puenteando a sus jefes orgánicos”.

La otra carta famosa fue la que dirigió al director de La Razón, Francisco Marhuenda, después de que éste insinuara que Granados era “un paleto de Valdemoro”. En esa carta, Granados insinúa que Marhuenda tiene una nave en un polígono de la localidad porque acudió “a este paleto de Valdemoro para que te pusiera en contacto con el alcalde (también imputado) a ver si te encontraba algún chollo”. Y le pregunta “¿puedes explicar por qué te aprovechaste de tus contactos políticos para fines espurios? ¿cuánto te ahorraste? ¿pagaste comisión o mordida a alguien?”.