Las graves acusaciones lanzadas este lunes por la Asociación de Periodistas de Madrid (APM) por las presiones de algunos dirigentes de Podemos a periodistas han sido recibidas por el Partido Popular como un regalo. Sin duda es una noticia ideal para los conservadores para atacar a Pablo Iglesias y continuar con su argumentario de la relación entre el partido morado y determinados regímenes no muy democráticos.

El primero en utilizarlas ha sido el coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, que ha pedido a Iglesias “explicaciones” ante las “acusaciones gravísimas” de la APM. En una entrevista en Los Desayunos de TVE, Maillo ha pedido una pronta “contestación porque afecta a los pilares básicos de nuestra democracia. (…) Si esto es cierto, que no tengo por qué dudarlo, es gravísimo, porque uno de los elementos esenciales del Estado de Derecho es la libertad de expresión y de información. Si eso se está coartando deja en mal lugar a Podemos”, ha remachado.

Un largo historial

Pero, si bien las acusaciones contra Podemos no requieren ningún menosprecio, es necesario recordar al PP la larga lista de actuaciones contra la libertad de prensa y las muchas ocasiones que los profesionales de la información han señalado al partido mayoritario actualmente en España por impedir hacer su trabajo a uno de “los pilares básicos de nuestra democracia”, como lo ha definido Maillo.

Rueda de prensa sin preguntas

La imagen por excelencia del desplante del PP a los periodistas es la de Mariano Rajoy, ya como presidente del Gobierno, compareciendo ante los medios por una televisión de plasma en medio de muchas informaciones sobre casos de corrupción en el PP.

Además de ella, han sido muchas más las ocasiones en las que el presidente del Gobierno no ha permitido preguntas en sus comparecencias. Tantas que la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) lanzó una fuerte campaña contra esta práctica bajo el título #Sinpreguntasnocobertura.

Elección de las preguntas
Cuando a Mariano Rajoy no le ha quedado más remedio que comparecer ante los periodistas, la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro, ha intentado por todos los medios que sólo se formulasen cuestiones que resultasen livianas para el Ejecutivo de Rajoy.

Así, el Gobierno acabó con la tradición por la que los periodistas pactan quién preguntará y sobre qué al presidente en las ruedas de prensa obligatorias con mandatarios internacionales. Pese a ello, el 3 de septiembre de 2013 Rajoy violó el protocolo establecido para evitar preguntas incómodas sobre Bárcenasdecidió no someterse a las preguntas de los medios pese a la visita oficial del presidente de Bolivia. Poco antes, Rajoy ya había amañado en una comparecencia el turno de preguntas, quitando la palabra a El Mundo y dándosela a un redactor de ABC que le formuló una cómoda pregunta que llevaba escrita desde la redacción.

En otras ocasiones, que se ha encontrado de frente con los periodistas, Rajoy simplemente se ha dado la vuelta y ha huido de ellos.

Veto a los medios de PRISA

Algo más antiguo, pero muy escandaloso, fue el veto impuesto por el Partido Popular a los medios del Grupo PRISA en 2007.

Sin pelos en la lengua, el por entonces secretario de Comunicación del PP, Gabriel Elorriaga, aseguró que su partido “dejará de atender todas las convocatorias de entrevistas, tertulias y programas del Grupo PRISA y demás empresas controladas” por su entonces presidente, Jesús de Polanco, mientras éste no “rectifique pública e inequívocamente” las declaraciones que hizo en la junta general de accionistas de la empresa, expresando su deseo de que en España existiese “un partido de derechas, moderno, laico, con ganas de mantener lo que hay que mantener y de cambiar lo que hay que cambiar”.

Sombras de censura

Pero la sombra de la censura por parte del Gobierno siempre planeó la actualidad durante la primera legislatura de Mariano Rajoy. En enero de 2013, el Partido Popular amenazó con denunciar en directo al programa El Gran Debate de Telecinco por el tratamiento que estaba dando del caso Bárcenas en la noche del sábado. “Nos preocupa más una posible venganza del Gobierno contra Telecinco que una demanda”respondió entonces un portavoz de la cadena de Fuencarral. Finalmente, y tan sólo seis meses después de la amenaza, Mediaset decidió dar por finiquitado el espacio de tertulia que tan buenos datos de audiencia cosechaba entre la audiencia.

Al margen de Telecinco, otras cadenas se han quejado del trato recibido por parte del Gobierno. Así, desde La Sexta Noche denunciaron que el Partido Popular ha vetado a sus altos cargos acudir a su tertulia semanal. También, y según diferentes medios, el grupo de AtresMedia recibió presiones constantes por parte del Gobierno para retirar de la parrilla El Intermedio. En su intento por menoscabar la libertad de expresión, Rajoy incluso llegó a intentar que la agencia de noticias internacional Bloomberg censurase la parte de la entrevista en la que era cuestionado sobre Luis Bárcenas.

Cospedal vs Pastor

Una entrevista que quedó grabada en la memoria de la periodista Ana Pastor fue la que tuvo con la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, en Los Desayunos de TVE antes de que su partido llegase al Gobierno e impusiese su criterio en la cadena pública.

Por aquel entonces, Cospedal cargó contra RTVE y su equipo directivo, calificando su información de poco objetiva. “En el ámbito de la información no se ve la imparcialidad que debería tener una televisión pública, pagada por todos los ciudadanos, que debería presumir de una objetividad meridiana. TVE deja mucho que desear por las informaciones”, afirmó la secretaria general del PP.

La Ley Mordaza

El punto álgido de la legislación censora de la mayoría absoluta del PP llegó con la conocida como Ley Mordaza. La Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana (LOSC), que reformó diversos aspectos del Código Penal, fue duramente criticada por Amnistía Internacional, que la calificó de querer atacar “la libertad de expresión, de información y de reunión, al ampliar los delitos, tanto de terrorismo como de desórdenes públicos”. Tras su aprobación, han sido varios los periodistas multados.

La caída de Pedro J., entre otros

Pero fue el cese de Pedro J. Ramírez como director de El Mundo el momento más álgido entre la prensa y el Gobierno de Mariano Rajoy. De hecho, en su despedida ante la redacción como director del diario El MundoRamírez acusó a Rajoy de estar detrás de su cese. “Rajoy, atrapado por Rajoy sobre el drama y la encrucijada política en la que se hallaba. ¿Y cómo lo resolvió? Transformando su conflicto con la opinión pública, eventualmente con la Justicia, desde luego con la oposición parlamentaria, sin lugar a dudas con su partido, con un conflicto con el diario El Mundo”, lamentó Pedro J.

Aunque el caso del actual director de El Español no ha sido el único. Francisco Marhuenda, director de La Razón, echó a su directora adjunta, Esther Palomera, para satisfacer al Gobierno de Mariano Rajoy.

Marhuenda aseguró que se trataba de “una cuestión organizativa”, pero desde el comité de empresa denunciaron que se trataba de una purga política “por la frecuencia con la que Palomera expresa opiniones políticas propias en las tertulias en las que participa”, según recogió eldiario.es.

Remontándonos más atrás, también encontramos otro ejemplo de presiones a grandes periódicos. Este caso en el ABC en 2004, donde su por entonces director, José Antonio Zarzalejos, aseguró que “en los últimos años ha habido intentos del anterior Gobierno de tener un ABC sometido”, pero que no llegaron a fructificar.