El vicesecretario de Organización del PP, Fernando Martínez-Maillo, ha llegado a un acuerdo para reducir el debate sobre la acumulación de cargos en el partido, encarnada actualmente en María Dolores de Cospedal.

Antes de que se inicie el Congreso del Partido Popular este fin de semana, abierto con la primera ponencia sobre política y estatutos el viernes, desde Génova se han puesto de acuerdo con el aguirrista y número dos del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Iñigo Henríquez de Luna, para que los estatutos recojan que se promueve una “gradual separación y limitación en la acumulación de cargos institucionales de gobierno y orgánicos del partido”.

Éste ha sido uno de los pocos puntos polémicos con los que el XVIII Partido Popular llegaba a su Congreso, que se espera mil veces más tranquilo que el de Podemos, celebrado los mismos días.

Cospedal, señalada

La polémica partía de la reclamación de diversos sectores del partido para que su actual secretaria general, no ocupase tantos cargos, ya que actualmente además de éste es ministra de Defensa y presidenta del PP de Castilla-La Mancha.

Con este acuerdo, con el que De Luna se ha mostrado “satisfecho”, se espera que, en principio, no vuelva a ver otros Cospedal, y que el PP “ha aprendido de los errores del pasado” y reconoce que el Ejecutivo y el partido son “realidades complementarias que deben actuar coordinadas” pero nunca deben estar subordinadas o sometidas una a la otra.

Cerrando grietas

Este debate sobre la acumulación de cargos que, en principio, ha conseguido cerrar Martínez-Maillo, es la segunda grieta que tapa en el aparente sólido muro de los estatutos y unidad dentro del PP. El primero fue el acuerdo al que consiguió llegar con Cristina Cifuentes después de que esta levantase la liebre al pedir primarias en el partido a nivel nacional, algo también secundado por el PP valenciano.

Al final, el vicesecretario de organización llegó un acuerdo con el partido en Madrid y Valencia para que se mantuviese su propuesta de doble vuelta, a cambio de se permita la celebración de congresos asamblearios, es decir, donde todos los militantes sean compromisarios y puedan elegir a la dirección a nivel regional y provincial.