A medida que avanzan los días y nos acercamos a la fecha marcada en color rojo en el calendario de Podemos, faltan dos días para Vistalagere II, los enfrentamientos se tornan cada vez más sangrientos. El último capítulo de esta serie de tiras y aflojas entre pablistas y errejonistas lo ha protagonizado Manolo Monereo, diputado por Córdoba en el Congreso de los Diputados e integrante de la lista de Pablo Iglesias.

En una carta publicada en Cuartopoder, Monereo ha cargado con dureza contra la estrategia de campaña de Íñigo Errejón para las primarias. En las primeras líneas del escrito ya deja claras sus intenciones: “Hemos pasado del ‘todo vale contra Podemos’ al ‘todo vale en Podemos’”. Monereo se muestra molesto con el giro coyuntural provocado por las disidencias moradas: antes, Podemos era el receptor de numerosas críticas y el objetivo era dinamitarlo; ahora, son los propios integrantes de la formación los que están perpetrando una guerra fratricida que lo pone al filo del precipicio.

Monereo sitúa el foco en el cartel de Recuperar la Ilusión (la propuesta de Errejón y sus afines). El hecho de que el portavoz pida el voto para sus documentos, pero pretenda mantener a Iglesias como secretario general es, en opinión de Monereo, “una estrategia electoral para derrotar política, orgánica y personalmente a Pablo Iglesias, planificada por un equipo solvente de profesionales y ejecutada multidireccionalmente”. Es decir, acusa a la corriente errejonista que pasar el rodillo con tal de vencer caiga quien caiga: “Se interiorizan hasta el final la metodología de las primarias norteamericanas en su objetivo central: ganar cueste lo que cueste”.

La crítica, por tanto, no es la campaña, que el diputado por Córdoba entiende como normal dado el carácter bélico de los comicios -retórica y discursivamente hablando-. Lo que parece despertar la ira de Monereo es el uso de la imagen de Pablo Iglesias: “Se usa la foto de cartón de Pablo Iglesias en el escenario para vencerlo en su propio territorio. Es algo así como derrotar a Pablo Iglesias de la mano de Pablo Iglesias”.

Una estrategia “solvente” fomentada por las palabras del propio secretario general en las que aseguraba que dimitiría si no alcanza mayoría en los documentos que marcan el rumbo y en el Consejo Ciudadano, que comanda el navío. En este sentido, Monereo sentencia que dicha estrategia electoral no tiene otro sentido que “intentar dejar en minoría en el Consejo Ciudadano a Pablo Iglesias para obligarle a dimitir y no ser culpabilizada la nueva dirección de la salida del secretario general”. La batalla continúa.