Jorge Vestrynge tiene más miedo de que Pablo Iglesias no gane en Vistalegre II que de acabar en la cárcel. Y eso que esta semana se ha celebrado el juicio por el que la fiscalía le pide tres años y medio de prisión por supuestamente causarle un esguince a un policía en una manifestación republicana celebrada en 2014.

“Jamás le pegué”, aclara el ex secretario general de Alianza Popular en una entrevista concedida a ELPLURAL.COM en la que Vestrynge no se muerde la lengua a la hora de hablar de la crisis de Podemos. Tampoco lo hace cuando se le pregunta por Bárcenas, por Aznar o la financiación de Alianza Popular cuando dirigía el partido. Sinceridad a raudales por parte del profesor a los que a sus 68 años, ‘se la suda’ que la derecha no le haya perdone su viraje hacía posiciones izquierdistas.

La fiscalía le pide tres años y medio de cárcel por causarle un esguince a un policía. ¿Tiene miedo Jorge Vestrynge de acabar en la cárcel?

No mucho porque si me caen tres años y medio de cárcel, con la cantidad de delitos que tengo por leer… ¡Y a la salida ya ajustaría cuentas! Pero no creo que vaya a ir a la cárcel porque la argumentación de los testigos de la Policía era absolutamente contradictoria y lamentable. Además, lo que dijo la fiscal era muy pobre en cuanto a argumentación. Por el contrario, lo dicho por nuestros testigos y los de la prensa en el juicio demuestran que en ninguno de los términos nos metimos con nadie. Jamás le pegué a un policía y jamás se cayó.

¿Cree que si usted no fuese Jorge Vestrynge se habría celebrado este juicio?

No lo sé. Y como no lo sé no voy a hacer un juicio de intenciones. Lo que sí sé es que yo llevaba una camiseta con los colores de la república. Y también sé que estaban sistemáticamente arrancando las banderas republicanas que se encontraban. El señor que me detuvo, que tiene un cierto componente de subnormalidad, dijo que a mi no me conocía. De acuerdo. No está obligado a conocerme. ¿Pero supongo que si conocía los colores de la bandera?  

En cualquier caso, si acaba en la cárcel, amigos del PP no le van a faltar en prisión.

No creo que los del Partido Popular que estén en la cárcel me tengan particular simpatía. Quizá Bárcenas, pero no está en la cárcel. ¡Si es que a mí el PP a mi no me tiene ninguna simpatía! Fíjate esta semana en el ‘ABC’, que me pone literalmente a parir.

Quizá no le hayan perdonado su paso de la derecha a la izquierda.

A mis 68 años, la verdad es que me la suda.    

Volvamos a Bárcenas, con el que usted ha podido conversar alguna ocasión en los últimos tiempos. ¿Cómo le ve ante el proceso judicial que afronta?

Bárcenas es un enigma. Oscila entre dos posturas: defender a su mujer o colaborar con su país. Si dice lo que sabe, su mujer, a la que quiere mucho, va a la trena. Ella lo ha pasado muy mal en esta historia y Bárcenas considera que tiene una deuda con ella. Piensa que tiene que hacer lo que sea para que no acabe en la cárcel.

Yo un día le dije: ‘O cuentas lo que hay, o te tienes que ir del país’. El me replicó que no se iría de España porque quiere mucho a este país. ‘¡Si le quieres mucho cuéntale la verdad para que este tipo de cosas no se vuelvan a producir en España!’, le dije yo. Pero el PP le tiene agarrado por el tema de su mujer: ‘O colaboras y rebajas el tono, o tu mujer va a la trena’.

Usted, que trabajó con Bárcenas en su época de secretario general de Alianza Popular (AP), ¿no sospechó nada raro respecto al ex tesorero? ¿O ya se producían movimientos contables extraños?

Desde el principio del advenimiento de la supuesta democracia en España, el modelo de financiación era el del salvaje oeste. No había regulación de ningún tipo. Cada uno sacaba las pelas de donde podía. Yo mismo, por ejemplo, cuando los alemanes financiaban los cursos de formación de AP, les robaba todo lo que podía para el partido. Si en un curso había 10 cursillistas, yo decía que había 300 y la diferencia iba a las arcas del partido. Porque el partido tampoco tenía mucho dinero, excepto el que le daba la banca: que era bastante dinero, pero condicionado. 

Por tanto, ¿existía ya en su época como secretario general de AP financiación ilegal de los partidos?

No era ilegal. Es que no había financiación legal. Te buscabas la vida y punto. El problema es cuando surge la financiación legal, que es cuando yo me voy de AP. Es ahí cuando surgió una regulación de este tema y aparecen las ‘cajas b’. Antes no había ‘cajas b’: había cajas. Y todos los partidos, después de que empezó la regulación de la financiación tenían ‘cajas b’. Hasta el Partido Comunista, que era el más honesto de todos.

Entonces, cuando se destapó la trama corrupta ¿a usted no le extrañó?

¿Cuál es la trama: la financiación ilegal o la fortuna de Bárcenas?

¿No están conectadas?

Yo creo que no. Bárcenas, que es un tipo muy preparado y muy inteligente, seguramente utilizando información privilegiada -eso seguro, porque era el tesorero del partido que estaba en el poder-, ha conseguido su fortuna. No creo que su fortuna esté vinculada a la ‘caja b’ del PP. Pero que había 'caja b' es evidente. ¡Si Lo ha dicho el mismo! Y lo sabíamos todos: había ‘caja b’ en el PP, en el PSOE, en el PCE… y hasta en la Iglesia española.  

¿Qué opinión guarda de Aznar, ahora que se especula con su vuelta?

Con Aznar soy ambivalente. Cuando fue ayudante mío se portó muy bien. Las cosas como son. Era inteligente y se conocía su tema. Pero ahora me da pena: va pontificando como si fuese Carlos VI. Me da mucha pena. 

 

¿No cree que Aznar acabará fundando su propio partido?

No. ¿Con qué? Para fundar un partido se necesita muchísimo dinero. ¿La banca se lo daría? ¿Bush se lo daría? Tampoco, ya no está en el poder. No tiene nada que hacer. 

 

¿Y a Podemos quién le dio el dinero para su fundación?

Podemos es un partido curioso y bastante pobre, que funciona con ‘crowdfunding’. Ellos calculan lo que cuesta una campaña electoral moderada, recaudan mediante el ‘crowdfunding’, se niegan a pedir dinero a la banca para no estar atados a ellos y cuando no tienen más dinero, dejan de gastar. Las campañas de Podemos son mucho más baratas que las de los demás partidos. 

Habiendo sido profesor de Pablo Iglesias, ¿supongo que no apoyará a los 'errejonistas' en las primarias de Podemos?

Yo estoy con Podemos, pero no soy de Podemos. No tomo partido. Pero sí que hay una cosa que como observador, más que como partidario, nunca voy a perdonar: estando el Partido Socialista en una situación de inmensa debilidad como ha estado hasta hace una semana, que en Podemos surgiesen personas y planteamientos que impidiesen plantear una realidad de unidad no tiene perdón. 

Que en ese momento, susceptible de atraer cariñosamente a los socialistas para que Podemos se convirtiese en el líder de la oposición al sistema, haya habido planteamientos que en lugar de unir al partido, hayan empezado a plantear problemas impidiendo a Podemos beneficiarse de esa debilidad socialista, no tiene perdón. ¡Eso no tiene perdón!

Y esa oportunidad no se va a volver a producir, porque los socialistas se van a volver a dotar de un liderazgo. Tenían una ocasión de oro si hubiesen estado unidos.

¿Y de quién es la culpa: la comporten Pablo Iglesias e Iñigo Errejón?

No. Yo no me voy a meter con Iñigo Errejón, pero Pablo Iglesias no tiene la culpa de esto. Eso lo certifico. Le conozco bien, y sé por donde va. Él siempre tuvo claro que había que aprovechar esta circunstancia -en el buen sentido de la palabra-, para ofrecer a los socialistas cariño y acogimiento… Pero entonces empezaron a hablar de tensiones, a decir que el secretario general no puede convocar un referéndum… ¿Pero en qué cabeza cabe que el que manda en un partido no pueda ni convocar un referéndum entre las bases? 

¿Cree que las luchas internas acabarán con Podemos?

O iglesias consigue ganar Vistalegre II, o Podemos está acabado. De eso no tengo ninguna duda. ¿Quieren cargarse a Pablo Iglesias? Bueno, pues que sigan, pero que sepan que se van a cargar el partido. Y si se cargan a Pablo Iglesias, no va a haber herencia. 

¿De veras ve probable que Iglesias pierda en Vistalegre II?

Puede ser. No digo que no. Puede ser. Lo cual sería, en la perspectiva de una segunda transición, una catástrofe. Sin Pablo Iglesias Podemos dura dos días.