Casi siete meses después de la dimisión de Pedro Sánchez, se cierra el círculo y vuelve a hacerse cargo de la Secretaría General del partido tras unas Primarias más que convulsas. Durante este tiempo el partido ha estado 'gobernado' por la Gestora, cuyo presidente era Javier Fernández.

La división azotaba a la formación socialista y requería a un hombre que calmara las aguas en uno de los momentos más complicados de la historia del partido. Ha contribuido a ofrecer una imagen de cambio y sosiego muy alejada de las turbulencias que los socialistas mostraron en los días previos a la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.

Si bien es cierto que su gestión al frente de la Gestora no ha estado exenta de críticas -este mismo viernes el sector crítico calificaba de “irresponsabilidad” el retraso del 39 Congreso Federal-, la mayoría de los barones socialistas no oculta su satisfacción con el trabajo realizado por Fernández a lo largo de todos estos meses.

De este modo, Javier Fernández (Mieres, 1948), se consolida como un claro referente político para los socialistas. Gracias a su carácter sosegado y alejado de las confrontaciones públicas, amplios sectores del PSOE elogian sin ambages la forma en que  el presidente del Principado desde 2012 y secretario general de la Federación Socialista asturiana ha conducido el Partido Socialista en una de sus etapas más convulsas desde su fundación.

Algo que no volverá a ocurrir, pues ha anunciado que no se presentará a la reelección en el PSOE de Asturias. Pese a haber anunciado que esta sería su última legislatura, resultará una baja sensible pues ha sido el hombre que también ha traído la paz a la formación socialista del Principado, años de antes de hacerlo a nivel nacional. 

El perfil de Fernández
Nieto de un fusilado por el franquismo e hijo de un represaliado de la dictadura, el socialismo a Fernández le viene de familia. Casado y padre de una hija, Fernández es ingeniero superior de Minas y funcionario del Cuerpo de Ingenieros del Ministerio de Industria. Pese a su dilatado currículum, la vocación de servicio público le llevó a dar el salto a la primera línea política en 1991, cuando fue director general de Minería y Energía del Principado. 

Desde entonces, Fernández ha sido diputado en las Cortes, consejero regional y senador. Amplia trayectoria política que en marzo de 2012 tuvo el broche de oro cuando devolvió a la izquierda -pese a que ya el PSOE estaba inmerso en una grave crisis de identidad-, Asturias, una de las tierras con más tradición minera y antaño bastión del socialismo español.

Su buena gestión consiguió que el PSOE fuese el partido más votado en las elecciones de mayo de 2015. Fernández repetía como presidente del Gobierno asturiano y ya entonces se convertía en una figura indispensable del Partido Socialista a nivel nacional.

Con un perfil claramente de izquierdas y muy contrario a los partidos nacionalistas que ponen en riesgo la unidad del Estado, a Fernández también se le valora su buena labor como pacificador de una organización como la asturiana, que durante años padeció cruentas guerras de familias en su seno.

De carácter reservado y muy cercano a Alfredo Pérez Rubalcaba, Fernández se ha caracterizado por no tolerar discusiones públicas ni batallas estériles. Ha ofrecido sosiego frente a los que solicitaban celebrar cuando antes el Congreso, primando la ideología a las luchas de poder.