El Partido Popular de Bilbao exige que se cumpla la Ley de Memoria Histórica. ¿Para quitar homenajes a franquistas y otros miembros de la dictadura? No, para que el Ayuntamiento de la ciudad retire del callejero las menciones a Dolores Ibárruri La Pasionaria y Sabino Arana, fundador del PNV, partido que gobierna en Bilbao.

La moción, registrada este martes y de la que informa Público, exige al alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto (PNV) que lleve a cabo "una aplicación amplia y exhaustiva de la Ley de Memoria Histórica". Pero no se habla de retirar honores al franquismo ni de reparar a sus víctimas, sino de "eliminar del callejero bilbaíno a cuantos personajes no merezcan un hueco en nuestro callejero".

"No parece lógico, cuando actualmente estamos realizando una lectura exigente de la Ley de Memoria Histórica, que aún permanezcan en nuestro callejero los nombres de personajes como Dolores Ibárruri, comunista que apoyó decididamente al sanguinario Stalin y que tuvo una actuación terrible en la Guerra Civil española", señalan los concejales del PP, aunque sin especificar nada sobre esa “actuación terrible”.

La Pasionaria nació en Gallarta, Vizcaya, y llegó a ser vicepresidenta de las Cortes Republicanas. Dirigió el PCE desde su exilio en la URSS y llegó a ser uno de los grandes símbolos de la izquierda española. La muerte le llegó a los 93 años, en 1989 y tres días antes de la caída del Muro de Berlín. Desde 2005, y tras la decisión del XVII Congreso del PCE, es “Presidenta de Honor a Perpetuidad”.

Las exigencias del PP también se extienden a Sabino Arana, fundador del PNV, a quien señalan como el “ideólogo del más rancio nacionalismo-racista y cuyos pensamientos han acabado por posibilitar la existencia de fenómenos como la banda terrorista ETA". Arana, eso sí, murió 55 años antes de que se fundara ETA.

Esta nueva visión de la Memoria Histórica, que ya no pasa sólo por negarse a retirar honores al franquismo, sino en negarse a cualquier reconocimiento de emblemas de la izquierda, ya se vio la semana pasada en Casasimarro (Cuenca), donde el alcalde del PP se negó a poner una placa a Ángel Rodríguez Leal "en aras de preservar la convivencia pacífica de todos los vecinos". La petición buscaba homenajear a esta víctima de la Matanza de Atocha, sufrida por abogados laboralistas de Comisiones Obreras. Para colmo, el Consistorio presumió de que no le habían quitado su nombre al parque de la localidad que le homenajea desde hace años.