El secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha, José García Molina, “es ya por derecho propio el tonto útil particular de Pablo Iglesias”, asegura a ELPLURAL.COM un destacado líder del partido morado en esta comunidad, señalando que cuando las vienen dadas no duda un momento en echar mano de su compañero manchego para “dinamitar” posiciones de gobierno o “arremeter” contra compañeros de partido que no confiesan con las ruedas de molino podemitas que el profesor en excedencia de la Complutense suele ofrecer a sus seguidores. Nos aclaran, eso sí, que la definición de “tonto útil es un concepto; nunca un insulto”, al mismo tiempo que nos recuerdan que el término se atribuye a Lenin, quien señalaba así a los países occidentales simpatizantes de la extinta URSS.

“Hablar de los que sobran en Podemos”

El caso es que el cuestionado líder y también diputado regional de Podemos, José García Molina, ha escrito un artículo de opinión en un diario de Toledo donde, entre otras cosas, considera “obvio” que hay “ciertas actitudes individuales de compañeros y compañeras” de partido que atienden a “objetivos e intereses particulares”, actitudes que en su opinión “pueden prestarse a alimentar la máquina del fango”, en clara referencia al número dos de Pablo Iglesias y portavoz del Grupo de Podemos en el Congreso de los Diputados, Íñigo Errejón, que sin mencionarlo, sí lo señala, siempre según nuestros interlocutores, asegurando en su escrito que “aunque no sea agradable, también habrá que hablar de los que sobran en Podemos y en cualquier organización política que quiera ser verdaderamente transformadora de la sociedad a través de la política”.

“A veces a algunos se les va de la mano”

Del mismo modo, el líder de la formación morada castellano-manchega reconoce que “a veces” a los miembros del partido “se les va la mano” en la exteriorización de ciertos debates que, “quizás influenciados por la avidez y magnificación de los medios de opinión, dejan de ser debates políticos para convertirse en debates o disputas de lo que pasa entre los políticos”. Cómo no podía ser de otra forma, el artículo de García Molina ha sido compartido en las redes sociales por el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, quien hace unas semanas mostró en Toledo su apoyo explícito a la continuidad de García Molina como número uno regional de Podemos en Castilla-La Mancha.

“Aquí no sobra nadie”

Pero no todos en Podemos están de acuerdo con su secretario general en Castilla-La Mancha. Todo lo contrario, la contestación contra José García Molina crece continuamente a pesar del apoyo de Iglesias. Entre los que piden un cambio en la dirección del partido se encuentra el diputado regional David Llorente,  compañero de escaño de Molina en el Parlamento castellano-manchego, quien ha reaccionado al artículo de su “jefe” asegurando que “necesitamos un Podemos más plural e inclusivo porque aquí no sobra nadie”, añade, “al contrario, para ganar y transformar la sociedad necesitamos seguir sumando y para eso debemos construir un Podemos más abierto y democrático, como planteamos en esta propuesta”, dice, en referencia a la iniciativa “Por un Podemos en movimiento”, apoyada por numerosos círculos y cargos del tercer partido de España.

Ataque directo a Page

Aun es más. Ha surgido una plataforma dentro de Podemos en Castilla-La Mancha que cuestiona a García Molina, liderazgo que Pablo Echenique se negó también a refrendar hace unos días. Oposición que surgió cuando de forma “unilateral, sin contar con nadie”, el secretario regional de Podemos decidió “romper el pacto de gobierno” con el socialista Emiliano García-Page. “Y todo para contentar a Pablo Iglesias”, enfadado por el “golpe de estado” de los barones socialistas contra Pedro Sánchez, continúan diciendo. “El acuerdo de investidura ha muerto de desaliento y de vergüenza”, anunció José García Molina”, para rápidamente salir a la palestra Iglesias y negar la mayor: “no tiene interpretaciones en clave estatal; los pactos autonómicos los deciden los militantes y las direcciones autonómicas”, dijo en septiembre el podemita, cuando hasta ese momento el entendimiento entre PSOE castellano-manchego y Podemos estaba perfectamente engrasado y no se escuchaba una voz más alta que otra en contra del acuerdo de investidura, que no pacto de gobierno. El tonto útil manchego comenzaba a servir al “Lenin madrileño”.