Un presunto caso de acoso tiene a Cristina Cifuentes y al Gobierno de la Comunidad de Madrid en la cuerda floja. La débil mayoría de la derecha, que se basa en un solo diputado de diferencia, zozobra ante la ausencia de la diputada del PP Elena González-Moñux, de baja médica por depresión, causada según ella por las “barbaridades” que le dice el portavoz del PP en la Asamblea.

González-Moñux está de baja por depresión desde el pasado 10 de octubre, día desde el que no acude a los plenos de la Asamblea, según recuerda El País. Hace unas semanas, la parlamentaria denunció al portavoz del PP en la cámara, Enrique Ossorio, acusándole de decirle “barbaridades” como “te voy a someter a un examen ahora, vete a estudiar la ley”. Algo que ella misma contó y que enmarcó en la defensa de la ley de sacrificio cero de mascotas en el pleno.

 “No he hecho nada malo, ni he robado, ni he hecho daño a mi partido, todo lo contrario, he estado aguantando por no querer hacer daño”, alegó en su día González-Moñux.

Esta ausencia provoca  que Cifuentes no pueda sacar adelante sus iniciativas parlamentarias, puesto que su unión con Ciudadanos ahora mismo sólo consigue empatar con el frente de PSOE-Podemos. Para aprobar cualquier iniciativa, necesitaría el voto de un tránsfuga de otro partido que desempate, lo que se antoja imposible.

Algo que ha provocado que Cifuentes vaya a firmar el decreto de prórroga de los presupuestos a finales de este mes y las cuentas de la Comunidad no puedan estar listas hasta febrero o marzo de 2017.