El partido animalista Pacma ha denunciado la total falta de “formación” y del cumplimiento de la normativa de Bienestar Animal vigente en las muchas matanzas que en los meses de noviembre y diciembre se llevan a cabo tradicionalmente en los pueblos de España.

Para Pacma, los participantes en ellas no tienen “ningún tipo de formación ni interés alguno en ello”, y maltratan a los animales sin ningún límite arrastrándolos “desde sus lúgubres e insalubres cochiqueras, muchas veces mediante ganchos clavados en sus gargantas o anos, hasta una mesa de madera donde se les clava una y otra vez un cuchillo hasta que consiguen que muera desangrado, entre chillidos de espanto y sufrimiento”. 

Todo ilegal

Este colectivo denuncia que este “anacrónico ejemplo de la España rancia en la que un animal es el desgraciado protagonista” ignora totalmente el cumplimiento de la Ley, la cual en el Reglamento europeo 1099/2009 “determina la obligatoriedad de aturdir a los animales antes del sacrificio y prohíbe herir, arrastrar y, en definitiva, provocar todo dolor o sufrimiento evitable, las matanzas domiciliarias siguen produciéndose sin que nada de esto se tenga en cuenta”.

Del mismo modo, Pacma señala a “las administraciones competentes” como también responsables por “la pasividad que vienen mostrando hasta la fecha” con esta práctica, y exigen que se obligue “a los técnicos habilitados por ellas a hacer cumplir las normas que minimicen el sufrimiento de los animales en sus últimos momentos de vida”.

Los ganchos hendidos, los arrastres a la fuerza, los cuchillos que no aciertan y se hunden una y otra vez siguen campando en la privacidad de las casas particulares, donde nadie controla lo que sucede, y cuya única prueba son los desgarradores gritos que inundan las frías mañanas de los pueblos de España”.