“Quiero un Podemos en el que tú puedas trabajar a mi lado y no frente a mí”, dijo Pablo Iglesias e Íñigo Errejón contestó: "Claro que sí, el camino lo hacemos juntos". Parece que así ha terminado el enésimo desencuentro entre los dos dirigentes de Podemos.

En esta ocasión, el enfrentamiento lo han encontrado en la forma de votar los proyectos y los dirigentes en su próximo congreso antes del verano, el llamado Vistalegre II. Tras demostrar públicamente que no creen lo mismo: mientras que Errejón defiende votar por separado dirigentes y proyectos, Iglesias cree que es todo uno, el líder morado se ha mostrado dispuesto a dialogar.

En una carta abierta publicada este lunes, Iglesias pedía un mejor Podemos en el que ambos puedan trabajar mano a mano y no enfrentados. Esta carta ya ha tenido respuesta. El secretario político de Podemos ha aceptado de buena gana las palabras de Iglesias y, aunque reconoce que hay diferencias claras entre los dos, cree que no son "insalvables" y se ofrece a seguir juntos: “Claro que sí, el camino lo hacemos juntos”.

"Si creyera que hay diferencias insalvables no estaría en este proyecto, pero es que no lo son, son diferencias entre compañeros para construir un proyecto compartido, así hemos hecho siempre", "hemos debatido primero hacia donde caminábamos y, luego, cómo se hacía esa ruta", ha añadido.

Es más, no descarta poder llegar a un acuerdo que calare qué rumbo debe seguir Podemos en un futuro, un pacto que podría llegar antes de que se celebre Vistalegre II. "No podemos convertir la segunda Asamblea Ciudadana de Podemos en una discusión entre dos dirigentes o en un debate de caras, sobre todo porque ahí estamos de acuerdo", ha subrayado Errejón, cuya apuesta es anteponer y no "opacar" la discusión política y centrar el debate en cómo lograr una organización más plural, desconcentrada, que permita mayor integración y deliberación.

Lo hacen “por responsabilidad”

Errejón ha recibido la carta de Iglesias como un "ejercicio de responsabilidad" al decir que deben debatir "sin etiquetas a menudo simplificadoras" e impuestas desde fuera.

"Me está haciendo una invitación y yo estoy encantado de aceptarla" para evitar que estos “debates públicos” se conviertan en una discusión "entre dirigentes" y "entrecruzada" con la relación personal y de amistad que mantienen, por lo que pide "cuidado".

"Creo que estamos profundamente de acuerdo en no convertir esto en una telenovela privada, ni siquiera una telenovela de género epistolar hermoso entre dos amigos", ha advertido además de insistir en que eso es lo que buscan sus adversarios: encerrar a Podemos a discutir sobre sí mismo cuando lo que tiene que hacer es "lo contrario".