Este martes hace una semana que se celebraron las elecciones en Estados Unidos. A la mañana siguiente, la del miércoles, el mundo veía como Donald Trump se convertía en el cuadragésimo quinto presidente del país hegemón por antonomasia. Desde entonces, muchos son los análisis que se han realizado al respecto y muchos son los sectores que ven en la victoria de Trump un indicador de la victoria del populismo. Personajes tan relevantes de la política española como Albert Rivera o Susana Díaz no tardaron en relacionar a Podemos con Trump, y los morados respondían con sarcasmo pero de manera tajante. Pero lo cierto, es que Podemos y Trump son dos aristas de un mismo icosaedro llamado populismo.

Pablo Iglesias se preguntaba qué habría bebido la presidenta de la Junta de Andalucía para relacionar a la formación morada con el magnate, e incluso el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, se desvinculó con una carta -no exenta de sarcasmo- publicada en Twitter y cuyo destinatario directo era Trump. Sin embargo, hay algo que une estrechamente al nuevo inquilino de la Casa Blanca y a la formación de Iglesias aunque estos quieran sacudirse este fantasma.

El nueve de noviembre, el día que España conoció la victoria de Trump, en nuestro país se dispararon las búsquedas de Google relacionadas con “populismo”. De hecho, la búsqueda más relacionada con éste término fue “Donald Trump”. Un incremento calificado como "desmesurado" por Google Trends.

¿Qué es el populismo?

Y es que la gente se pregunta qué es eso del populismo. Según la definición más puramente académica, la acuñada por Ernesto Laclau, el populismo no es una ideología sino una herramienta discursiva. Es decir, es una forma de articular el discurso del partido. En este sentido, cuando se afirma que Podemos y Trump tienen puntos en común no se está afirmando que el trasfondo, las ideas, sus medidas y el programa sean semejantes -de hecho, son antagónicos-; sino que se señala que la construcción del discurso político que utilizan es la misma.

El Nosotros contra Ellos

El discurso populista pivota entorno al Nosotros contra Ellos, dos grupos antagónicos. Esto lo ha hecho tanto Trump como Podemos igual que en su día lo hicieron Perón en Argentina, Chávez en Venezuela o actualmente Marine Le Pen en Francia. El populismo puede surgir en ambos espectros del tablero político, el punto en común es la dicotomía pueblo vs. establishment.

Aquí es donde radica la diferencia entre Trump y Podemos. Cada uno de ellos ha definido al pueblo (su electorado) de forma diferente. Y es que, tal y como menciona Peter Worsley (un sociólogo y antropólogo inglés del siglo XX), la palabra "pueblo" significa lo que aquellos que lo utilizan eligen que signifique. En este sentido, Trump se erigió adalid de los intereses de los blancos contra los inmigrantes y las minorías; mientras que Podemos se mostraba ante la opinión pública como los defensores de los más sacudidos por la crisis.

En consecuencia, Trump y Podemos sí que tienen puntos en común. Y estos no se refieren a la ideología, puesto que de hecho sus medidas propuestas son antagónicas, sino a la forma que tienen de construir su discurso: Nosotros, el pueblo oprimido; contra ellos, el Establishment opresor.