El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sabe que en esta incierta legislatura cada voto es crucial para sacar adelante su programa de reformas (díganse recortes), máxime sabiendo que cuenta en el único apoyo de sus 137 diputados y los 33 de Ciudadanos, no siempre garantizados, a los que se uniría la parlamentaria de Coalición Canaria. De ahí que esté dispuesto a exigir a sus ministros, hoy todos diputados, salvo los titulares de Economía y Defensa, que renuncien a sus actas parlamentarias para  evitar que sus ausencias por sus apretadas agendas y numerosos viajes nacionales e internacionales impidan su presencia en el hemiciclo, lo que traerían consigo la merma de votos (tantos como ministros ausentes) y, por consiguiente, impedir que la suma de los apoyos ajustados de que dispone mermen todavía más e impidan aprobar leyes  e iniciativas gubernamentales.

Dedicación exclusiva

Una incompatibilidad hoy aplicada a los secretarios de Estado, que ninguno de ellos ocupa un sillón en el Congreso, a excepción del Secretario de Estado con las relaciones con las Cortes por razones obvias. De esta forma, la ausencia de un ministro en una votación clave y crucial no influiría en el resultado final ya que habría renunciado con anterioridad a su condición de diputado. Empeño, además, que abre la puerta del nuevo Ejecutivo que diseña Rajoy, que presumiblemente será más numeroso que este todavía en funciones, a independientes que nada tienen que ver con los organigramas políticos ni con cargos orgánicos dentro de las formaciones.

Excepciones para algunos ministros

Sin embargo, los deseos de Mariano Rajoy han encontrado una fuerte resistencia en María Dolores de Cospedal, que bajo ningún concepto quiere abandonar su escaño por Toledo en el Congreso de los Diputados conseguido  en diciembre de 2015 y ratificado en junio de 2016, según fuentes consultadas por ELPLURAL.COM, quienes dan por hecho que la todavía secretaria general del PP “no abandonará ni el acta de diputada ni la presidencia del partido en Castilla-La Mancha, ya que eso supondría la renuncia total a liderar el PP en nuestra comunidad y perder un espacio territorial ineludible para poder desempeñar su baronía”, añaden, “ y en eso Dolores no está dispuesta a ceder, así que damos por hecho de que Mariano Rajoy tendrá que ceder y hacer una excepción al menos con Cospedal, a quien el presidente del Gobierno tiene en una alta estima y aceptará lo que ella le proponga, incluido el ministerio elegido”.

Presentar batalla a Page en 2019

Las mismas fuentes aseguran que María Dolores de Cospedal no quiere dejar su escaño en la Cámara Baja porque eso sería utilizado por el PSOE en su contra, “recordándole continuamente haber abandonado la Comunidad, como así lo hacen desde que decidió encabezar las listas por Toledo al Congreso, cuanto ni más ahora si renuncia a ser diputada”, concretan. Aún es más, las citadas fuentes consideran imposible esta opción por una razón fundamental, “Cospedal volverá a presentar batalla a Page en las elecciones autonómicas de 2019, que de celebrarse hoy ganaría de calle estando como están los socialistas, rotos y divididos, y con una constante fuga de votos hacia Podemos”, agregan, “si deja de ser diputada por Castilla-La Mancha y abandona también la presidencia del partido, entonces, dejaría aparcadas igualmente sus aspiraciones de recuperar la Presidencia de la comunidad, hoy por hoy entre sus objetivos irrenunciables”.

Un retraso por la lucha Soraya vs Dolores

Lo cierto es que Mariano Rajoy ha dejado claro en todo este asunto que Cospedal puede elegir y ser lo que ella quiera ser. De hecho, el inusual e inexplicable retraso en dar a conocer la formación de su Gobierno (cinco días después de su toma de posesión), que desvelará en la tarde del este jueves, está motivado por los enfrentamientos cainitas protagonizados entre Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal, cuyo encaje en el Consejo de Ministros tiene alterado al previsible Rajoy que no sabe muy bien cómo colocar a ambas sin que ninguna de ellas se sienta ninguneada, despreciada o relegada a un segundo orden de importancia. Así, al menos lo cree también el Portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Nacho Hernando, quien  se muestra convencido de que esta “lucha para ver quién manda más” ha retrasado la formación del nuevo Gobierno. “Es una vergüenza que se esté dando este espectáculo que ha obligado a Rajoy a posponer la formación de Gobierno, que en principio iba a ser ya, hasta que resuelva los problemas entre estas dos personas”, ha dicho recientemente.