La exposición Contando con la gente, supone la primera muestra del artista francés Neïl Beloufa. Producida por el ICA , se podrá ver en La Casa Encendida hasta el 5 de abril.
Beloufa se introduce a través de tres instalaciones en el mundo digital, en el intercambio social de información, en los sistemas de vigilancia y, en general, en la forma en que nos relacionamos con la imagen más allá de las pantallas tradicionales, mostrando un mundo abierto y confuso dentro de los llamados medios de comunicación de masas. Para ello, el artista francés ha creado tres obras, independientes en su propuesta pero conectadas internamente creando un conjunto homogéneo, en el que pretende que mediante la interacción del visitante con las instalaciones se sumerja en una experiencia completa.
El artista galo indaga mediante una unión escultórica-audiovisual que conforma unas instalaciones casi arquitectónicas en nuestra relación con las pantallas en busca de crear una (re)dirección de la mirada al respecto. A Beloufa le interesa la diferencia, pero también la confusión actual, entre los mundos digitales y reales. Las instalaciones, que crean una relación directa con el espacio en el que se exponen creando lugares abigarrados, casi asfixiantes, relacionan las esculturas, creadas con todo tipo de materiales y productos (estanterías, herramientas, objetos encontrados, latas, ventiladores, muebles…), con las imágenes que el autor ha creado para la ocasión. Películas cuyas imágenes hablan al espectador pero que también mantienen una conversación con esos objetos y con el espacio. Hay una sensación de horror vacui que transmite a la perfección el caos de la comunicación actual, el mare magnum informativo que nos rodea. Un caos informe a primera vista pero que, según se va uno introduciendo en la propuesta de Beloufa, va tomando sentido, cobrando forma. Porque el artista busca la creación de un enorme collage o montaje, un ensamblaje de formatos y materiales que creen contraste entre sí, pero que se interrelacionen y complementen a su vez.
Partiendo de su interés alrededor de la relación de las personas con las imágenes, evalúa la influencia de las diferentes interfaces que nos rodean a diario, de modo presencial –algo ya convencional y cotidiano- así como los sistemas digitales de comunicación. Beloufa observa la tecnología como herramienta que ordena las vidas desde una racionalidad inquietante. Las instalaciones permiten una posición estática desde diferentes posturas para observar las obras, pero también exigen un movimiento circular que crea una cierta puesta en escena a través de la cual el espectador se relaciona con cada elemento, tanto visual como sonoro. Igualmente, permite que se produzca cierta distancia con el material artístico que permita al espectador cuestionar aquello que está viendo, aquello a lo que se está enfrentando. Una clara invitación a la reflexión.
En VENGEANCE (VENGANZA) (2014), Beloufa colaboró con un grupo de estudiantes de enseñanza media que grabaron unos relatos de ficción que posteriormente el artista desarrolló más extensamente. Esas grabaciones son, en la instalación, amplificadas acústicamente en la sala, en la cual se activan de forma automática unas cámaras de circuito cerrado de televisión. Las imágenes captadas se proyectan en la sala. A modo de película, la instalación plantea cuestiones post-colonialistas para hablar de la complejidad de la interacción humana y cómo elegimos interpretar el mundo de una manera u otra.
Data for Desire (Datos para el deseo) (2014), reúne los análisis estadísticos realizados por un grupo de matemáticos que el artista manipula para estudiar y reflexionar sobre los rasgos de personalidad o identitarios de un grupo de jóvenes estadounidenses que interactúan en una fiesta, buscando predecir y racionalizar la naturaleza de su comportamiento en busca de relaciones. Beloufa persigue en esta obra hablar, incluso criticar, la tendencia del mundo actual de crear estadísticas y datos, del intento de ordenar el mundo bajo cuestiones numéricas que puedan racionalizar todo como modo de entendimiento. De ahí que se intente en la obra racionalizar el amor y el deseo, dar con la fórmula de las relaciones emocionales.
En relación a la anterior se encuentran las otras dos instalaciones. Home is Whenever I’m With You (2014), película de ciencia ficción tan dramática como disparatada que trabaja la idea de la relación de las interfaces actuales con nuestra percepción dentro de la comunicación global. Beloufa habla del uso de interfaces que ha cambiado la forma de comunicarse, creando una mayor inmediatez y conectando a tiempo real puntos espaciales muy distanciados. Pero a su vez le interesa cómo el uso de la tecnología también ha podido tender a homogeneizar las diferencias culturales. En definitiva, una obra sobre las relaciones afectivas en su relación con la tecnología.
Y World Domination (2012), en la que algunas personas asumen el rol de una figura presidencial que debe solucionar un problema político declarando una guerra, cuestionando los roles políticos y, sobre todo, la imagen que transmiten, como ha sido construida y la forma en que la consumismo.
Como complemento a la exposición, se ha podido ver la película Tonight and The People, largometraje de Beloufa que se relaciona directamente con muchos de los temas de Conectando a la gente. Su interés por la cuestión identitaria en un mundo globalizado aparece en una película que nos presenta una California que evidencia su construcción como decorado, su artificialidad. Beloufa, que define su obra como un documental de ciencia ficción, nos sitúa de esta manera frente un espacio irreal pero que en su claro esquematismo formal remite directamente a aquello que representa. Si en sus instalaciones hay una clara búsqueda de hablar de nuestra relación con la ficción, en Tonight and the People se hace igual de evidente. Exenta de ornamentos, y con un excelente trabajo de realización, las imágenes de la película hablan de un lugar tan falso como real, buscando que el espectador relacione aquello que ve con su memoria visual. Los personajes remiten a estereotipos tanto cinematográficos como televisivos (activistas, hippies, cowboys, adolescentes ensimismadas, miembros de una banda callejera…) y todos ellos, en su condición hiperbólica, anulan su capacidad resonante y sacan a la luz la persona que hay tras esos lugares comunes. Todos ellos esperan una especie de apocalipsis mientras hablan de la posibilidad de un cambio en el orden mundial, y lo hacen bajo esas formas estereotipadas. Así, Tonight and The People se convierte en un experimento muy estimulante, de elegancia visual e inteligencia en su contenido que pretende, de nuevo, en un mundo globalizado y consensuado en sus formas, romper el orden establecido, tanto en el mundo real como en el de la ficción, para llamar nuestra atención sobre el papel que cumplimos en la vida como espectadores y como consumidores de imagen en el mundo digital y de las interfaces.
