Este jueves 21 se estrena el documental La manzana de Eva, dirigido por José Manuel Colón, que recoge los testimonios y las historias de superación de mujeres que han sufrido la mutilación genital, un drama que se cifra en más de 200 millones en todo el mundo.

La manzana de Eva se estrena en el Palacio de la Prensa en Madrid, antes de iniciar su recorrido por festivales y salas comerciales, e incluye también entrevistas a políticas españolas como Susana Díaz, Cristina Cifuentes, Begoña Villacís o Manuela Carmena o a la presidenta chilena, Michelle Bachelet.

Colón ha explicado que la película, bajo la firma de Alquimistas Producciones, surge de la "necesidad de contar una historia que, aunque creemos que se sabe mucho de ella, es muy desconocida en los diferentes niveles de agresión que sufre la mujer, los ritos, quién lo hace, o qué cultura la practica".

El documental está rodado en Gambia, con población musulmana, y Kenia, con cristianos, lo que, según Colón, "da una idea de que estamos ante una tradición que no tiene que ver con las religiones".

Según sus datos, la ablación ahora mismo está presente en 28 países y no sólo de África, sino también de Asia, como Yemen, Malasia o India, o en América, en zonas de la selva amazónica. La película está llena de testimonios desgarradores de quienes han sufrido la mutilación, pero Colón cree que sus explicaciones son esperanzadoras porque "son historias de superación".

Entre ellas destaca Colón la de 40 niñas de Kenia que habían huido de la mutilación en el último minuto y que están acogidas por la ONG Tasaru Ntomonok, con la colaboración de la ONGD española Mundo Cooperante.

El cartel de la película tiene la imagen de Silvia, quien iba a ser mutilada un domingo a petición de su padre para ser casada a los diez años con un hombre de 63.

"Ella pidió a su padre que la dejara ir a la iglesia para rezar por que todo saliera bien, y lo que hizo fue escapar, recorrer 50 kilómetros andando en medio de muchos peligros, y, al final, logró su sueño viviendo en una residencia con otras chicas como ella, y ha podido empezar a labrarse un futuro", cuenta emocionado el director.

Colón denuncia en la película que la mutilación está arraigada en estos países por una "tradición", a pesar de que la posibilidad de muerte es elevada para las niñas a las que se les practica, además de otros múltiples riesgos como enfermedades, infertilidad, o dolores permanentes.

"Tenemos testimonios como el de Fátima, que fue mutilada con una cuchilla que fue usada ese día con otras 200 niñas, con lo que el riesgo de contraer el sida era muy alto", alerta el director.

Colón narra también los viajes que mutiladoras especializadas hacen por diferentes países de Europa para asegurarse la ablación de niñas residentes en Gran Bretaña, Francia, Alemania o España