Tras tres títulos de autores de culto en Estados Unidos (Fantasma, La casa de arenas movedizas y Ciudad revientacráneos), la editorial Orciny Press nos ofrece una antología de relatos del bizarro ("el género de lo extraño") para guiar a quienes, en España, aún no tengan muy claro en qué consiste. El resultado es una bomba, un juguete divertidísimo, en el que Hugo Camacho, también traductor y editor, ha reunido a diez autores anglosajones y a una escritora española. A todos ellos los mencionaremos en breve. Primero hay que apuntar que éste es uno de los libros más cómicos e imaginativos que podemos encontrar en las mesas de novedades. Una auténtica locura cuyos puntos en común pasan por algunas imágenes e historias de Clive Barker, David Lynch y David Cronenberg, entre otros. Mezclen en una batidora Razas de noche, Carretera perdida y El almuerzo desnudo y añadan mucho humor y obtendrán el resultado.

 

Atención al retorcido y perturbador mundo que nos vamos a ir encontrando en estas historias. Hay personas capaces de entrar en un programa de Modificación Corporal para extirparse los labios o llenar su cuerpo de ensalada ("La Liga de los Céroes": Jeremy Robert Johnson, autor de la novela Ciudad revientacráneos); hay profesores que cuentan con permiso para asesinar a los alumnos que están por debajo de la media o incomodan al resto ("Dinámica de clase": D. Harlan Wilson); hay mujeres enormes que se convierten en atracción turística ("Gigantas sentadas en la bahía de Berangkat": Tamara Romero, autora nacida en Barcelona y ganadora del Premio Ignotus de 2014); hay una especie de clones de Miley Cyrus que atacan a las personas ("La noche de las chonis": Grant Wamack); hay mujeres embarazadas que, con ayuda de doctores, visten mediante tecnología virtual a los no natos para que se presenten a concursos ("Pequeña Miss Ultrasonido": Robert Devereaux); hay un muchacho que, tras masturbarse, eyacula a un diminuto "alicatador con bigote" ("Hay un millón de maneras de hacer lo correcto": Matthew Revert); hay una stripper implacable que es consciente del poder de su cuerpo y de su atractivo ("Bailarina exótica": Violet LeVoit); hay un hombre que un día se levanta, a la manera kafkiana, convertido en un oso de peluche "con gabardina y sombrero fedora" y tendrá que moverse en un entorno repleto de furris ("Señor Felpa, detective": Garrett Cook); hay un Actor de Reparto y una Femme Fatale Desvaída cenando platos raros en un restaurante ("Pastel de terciopelo azul": Laura Lee Bahr, autora de la novela Fantasma); hay un viajante de comercio que acaba hablando con Dios y que no puede salir del círculo en el que se ha metido, pues todo se repite y vuelve a empezar y él no logra vender toda su mercancía ("El vendedor de dildos a domicilio": Kevin L. Donihe).

 

He dejado mi favorito para el final: "Orgía fantástica", de Carlton Mellick III, de quien en Orciny se ha publicado su encomiada La casa de arenas movedizas. Este relato nos presenta una sociedad en la que las personas acuden a orgías para intercambiar sus enfermedades de transmisión sexual: tú me contagias esto y yo te contagio esto otro. La diferencia es que no se trata de sífilis o de sida: las enfermedades los convierten en mutantes, de manera que, por ejemplo, los hombres pueden tener un efecto de vibrador en el pene (lo que proporciona más placer a las mujeres con las que fornican), o las mujeres contagiarse de Aumentatetas, y tanto unos como otros pueden conseguir un ombligo ancho, dibujos de Hello Kitty en las pupilas, que su sudor huela a albaricoque o incluso tener tentáculos en el pelo. El protagonista entra en la Sociedad Semilla del Diablo para tratar de contagiarse de Vibrador, pero él sólo tiene una enfermedad que por lo general nadie quiere: Pene Parlante, es decir, que de su uretra salen a veces discursos radiofónicos (e involuntarios) con tendencias de derecha, y el lector acaba imaginando que seguramente sea ése el síntoma que sufre Donald Trump. El narrador se junta con los llamados follamutantes, que están aislados de la sociedad, y comprendemos que, más allá de la locura y de la diversión sana de la historia, estamos ante un relato sobre la tolerancia, el respeto a quien es diferente y la necesidad de olvidar las diferencias entre sexos y entre razas.

 

No todo es absurdo y loco en el libro. Sus autores suelen utilizar sus historias cómicas y bizarras para ofrecernos una sátira de la sociedad, una crítica al sistema, un tirón de orejas a los lugares comunes y a lo establecido.